BUENOS AIRES - Alberto Baños dejó este jueves su cargo al frente de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia. La salida fue confirmada por fuentes oficiales y se produce en un momento de alta tensión política dentro del área, que venía acumulando cuestionamientos por parte de organizaciones históricas de derechos humanos y del propio arco opositor.

Baños llegó al organismo al inicio de la administración libertaria, cuando la dependencia todavía tenía rango de Secretaría. De perfil conservador y con pasado en la Justicia penal, fue una figura central en la estrategia de reducción del Estado aplicada por la Casa Rosada en el sector. Desde el Ministerio destacaron su tarea y recordaron que su nombramiento estaba pensado, desde el comienzo, como una gestión limitada en el tiempo.

Durante 2025, el área quedó entre las más golpeadas por el ajuste. Hubo recortes presupuestarios y una disminución sustantiva del plantel, con despidos que afectaron programas y espacios clave vinculados a la ex ESMA: el Museo Sitio de Memoria, el Archivo Nacional de la Memoria y el Banco Nacional de Datos Genéticos, entre otros. Los organismos denuncian que el achique deterioró la actividad cotidiana y la atención al público en sitios emblemáticos.

El punto de mayor fricción llegó en noviembre, cuando Baños expuso ante el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas en Ginebra. Allí sostuvo la idea de una “memoria completa” sobre los años setenta y relativizó la cifra de desaparecidos durante la dictadura, argumentación que generó un repudio inmediato de agrupaciones como H.I.J.O.S. y otras entidades del movimiento de derechos humanos. Distintos comunicados calificaron sus declaraciones como un retroceso en la posición histórica argentina en foros internacionales.

En paralelo, la Subsecretaría se vio envuelta en controversias locales: desde la suspensión judicial de actividades culturales en predios de memoria hasta la decisión gubernamental de rebajar la jerarquía institucional del organismo como parte de un paquete de ahorro fiscal. Para críticos de la gestión, la degradación administrativa consolidó un vaciamiento que ya se venía ejecutando con el recorte de personal y programas.

La renuncia de Baños coincide con un reordenamiento interno en Justicia. En las últimas horas comenzó a circular como eventual sucesor Alfredo Vítolo, con antecedentes en derechos humanos durante la gestión macrista y presencia reciente en representaciones oficiales del país en el exterior. Su posible desembarco anticipa continuidad en la línea política trazada por la administración Milei, aunque con intención de rearmar el frente internacional tras el costo que dejó el episodio en la ONU.

Por ahora, el Gobierno no anunció quién ocupará formalmente el cargo. Pero la salida de Baños cierra una etapa que profundizó la disputa entre la mirada libertaria sobre el pasado reciente y las organizaciones que sostienen las políticas de Memoria, Verdad y Justicia como política de Estado desde el retorno democrático.