BUENOS AIRES – Es una historia de idas y venidas entre Argentina y Capriasca, en la Suiza italiana, la de la familia Storni. Y es precisamente en Capriasca donde, el 29 de mayo de 1892, nació Alfonsina, poeta, escritora y mujer libre. Atormentada, contradictoria, pero siempre libre, hasta su último día.
Los Starling habían emigrado desde Suiza hasta la provincia argentina de San Juan, donde regentaban una cervecería. En 1891 intentaron regresar a Suiza, pero partieron nuevamente hacia Argentina en 1896, esta vez con la pequeña Alfonsina en brazos. Ella, que nació y vivió en el Canton Ticino en aquellos primeros años de su infancia, tuvo como lengua materna el italiano.
A principios del siglo XX se trasladaron a Rosario, donde la madre organizó una pequeña escuela infantil privada en casa, mientras el padre abrió un café.
Alfonsina, inquieta desde pequeña, elige la carrera de actriz de teatro y se va de gira durante unos años, luego hace uso de su diploma de maestra y mientras tanto se dedica a escribir: algunas obras de teatro (también para niños, por delante de ella época), artículos periodísticos (muchos de ellos fueron publicados por la revista Caras y Caretas), pero sobre todo poesía.
Sus obras más famosas son Ocre (1925) y Poemas de amor (1926), que marcan el paso del romanticismo tardío a la vanguardia.
Sus versos fueron considerados innovadores y fueron bien recibidos por algunos críticos, aunque la tormentosa vida privada de la escritora había atraído críticas y el ostracismo del mundo literario más conservador.
Alfonsina conoce años de celebridad, frecuenta círculos literarios e intelectuales, da conferencias en Argentina y en el extranjero, es jurado de algunos premios prestigiosos.
Los temas de sus poemas van desde el erotismo hasta reflexiones filosóficas sobre el sentido de la vida. Pero sobre todo les afectan sus atormentados asuntos sentimentales (fue amante del escritor Horacio Quiroga y tuvo un hijo sin revelar la identidad del padre) y, posteriormente, su enfermedad. Un tumor de mama que la golpeó cuando era joven y la empujó al suicidio, después de varios años de depresión y crisis nerviosas.
Se arrojó al mar, desde un acantilado, en Mar del Plata, el 25 de octubre de 1938. Tenía 46 años.
A ella está dedicada la zamba Alfonsina y el mar (de Félix Luna y Ariel Ramírez) que se hizo famosa por la interpretación de Mercedes Sosa.