BUENOS AIRES - En un movimiento que refleja la política exterior de Donald Trump, el gobierno de Javier Milei confirmó este miércoles la salida de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo creado en 1948 para coordinar respuestas globales a crisis sanitarias. La decisión, anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni, se fundamenta en “profundas diferencias” con la gestión de la pandemia de COVID-19 y en la defensa de la soberanía nacional.
Adorni, en conferencia de prensa desde la Casa Rosada, acusó a la OMS y al expresidente Alberto Fernández (2019-2023) de haber impulsado “el encierro más largo de la historia de la humanidad” durante la pandemia, algo que —según el gobierno— generó una “falta de independencia frente a la influencia política de algunos estados".
Milei, crítico de la cuarentena -que calificó en su libro Pandemonics (Galerna, 2020) como un “delito de lesa humanidad”-, instruyó al canciller Gerardo Werthein para formalizar el retiro. La medida, destacó Adorni, ahorrará al país unos 10 millones de dólares anuales en contribuciones y gastos operativos.
“Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud”, declaró el vocero presidencial, asegurando que la salida no afectará la calidad de los servicios sanitarios, ya que Argentina “no recibe financiamiento de la OMS”.
El antecedente de Estados Unidos y el impacto global
La decisión argentina sigue los pasos de Donald Trump, quien, tras asumir su segundo mandato el 20 de enero, retiró a Estados Unidos de la OMS y suspendió su financiamiento —equivalente al 22% del presupuesto regular del organismo—, alegando “sesgos antiestadounidenses” y una gestión “desastrosa” durante la pandemia.
Esta medida dejó un vacío de 3.300 millones de dólares y obligó a la OMS a proponer recortes presupuestarios y a buscar fondos alternativos, con el riesgo de que países pobres pierdan acceso a programas de vacunación y vigilancia epidemiológica.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, intentó sin éxito reunirse con Milei en la cumbre del G20 de noviembre de 2024 y luego con su hermana Karina, buscando evitar la desvinculación argentina. Sin embargo, el rechazo del gobierno fue contundente, reforzando su alineación con la agenda de Trump, que incluye posiblemente abandonar el Acuerdo de París. Según Adorni el Gobierno “lo está evaluando”.
¿Qué es la OMS y por qué importa?
Fundada en 1948 como agencia de la ONU, la OMS tiene como funciones coordinar respuestas a pandemias, establecer estándares sanitarios, distribuir vacunas y apoyar a países en desarrollo. Su Reglamento Sanitario Internacional, por ejemplo, permite detectar brotes como el ébola o la viruela símica en etapas tempranas. Además, administra redes de laboratorios y programas contra enfermedades como el VIH y la tuberculosis, que dependen de la cooperación internacional.
Para Argentina, la salida implica perder acceso al Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS -que facilita compras de insumos médicos a bajo costo-, así como a redes de investigación y capacitación profesional. También debilitaría su capacidad de respuesta ante futuras pandemias, al quedar fuera de alertas tempranas y asistencia técnica.
La retirada de Argentina y Estados Unidos no es un hecho aislado. Milei busca liderar una “Liga de Naciones conservadora” junto a Trump, Israel e Italia, que se oponen a la Agenda 2030 de la ONU, que promueve metas como la equidad de género y la acción climática.
Esta postura ya se tradujo en el rechazo a protocolos internacionales, como el Acuerdo sobre Pandemias de 2024, que el gobierno argentino consideró una amenaza a su autonomía.
Mientras la OMS intenta adaptarse a la pérdida de sus principales financiadores, expertos advierten que el desmantelamiento del multilateralismo en salud podría profundizar desigualdades y dejar al mundo más vulnerable ante crisis futuras. Para Milei, en cambio, es un paso hacia la “libertad” y la priorización de “intereses nacionales”.