BUENOS AIRES - El presidente de Argentina, Javier Milei, le pidió su renuncia a la ministra del Exterior, Diana Mondino, luego de que la delegación argentina ante las Naciones Unidas (ONU) votara a favor de la resolución con la que la asamblea general de las Naciones Unidas instaba a Estados Unidos a levantar el embargo económico a Cuba. Será reemplazada por Gerardo Werthein, que hasta ahora era embajador en Estados Unidos.

No es la primera vez que Argentina vota en contra del bloqueo impuesto por Estados Unidos hacia la isla: ya lo había hecho en 31 asambleas. En esta ocasión, su decisión fue acompañada por 187 países. Votaron en contra de Israel y Estados Unidos, mientras que Moldavia se abstuvo.

El gobierno se enteró de la postura tomada por el país alrededor de las 15 hs. Un poco antes de las 18, fue dada a conocer la decisión de apartar a Mondino. Pero la resolución tomada por el gobierno argentino no generó sorpresas. Las diferencias con la ahora excanciller y con el equipo de trabajadores dependiente de la cancillería (muchos de ellos funcionarios de carrera que provienen de otras gestiones) vienen de larga data.

El primer conflicto tuvo que ver con aquellas personas que prestan servicios en el exterior. Cuando hace unos meses el gobierno impuso el pago de ganancias sobre un extra que cobraban por trabajar fuera del país, rápidamente comenzaron a expresar su descontento.

Otro problema surgió a la hora de discutir la agenda 2030. Conocida como el “pacto para el futuro”, contempla 56 “acciones” para abordar los “principales desafíos de nuestra época”, que incluyen el mantenimiento de la paz, el cambio climático y las posibles amenazas de la inteligencia artificial (IA). Argentina quiso distanciarse de esa agenda, algo que fue criticado por algunos funcionarios de la Cancillería. Argumentaban que, de esa manera, el país “se quedaba afuera” de una discusión trascendental.

Por otro lado, los diplomáticos de carrera, se sienten desorientados ante cambios en los lineamientos expresados por Javier Milei, como los elogios televisivos del Presidente hacia China, y el anuncio de una visita oficial al país en enero, a quien calificó como un interlocutor “interesante”, meses después de haber rechazado “hacer negocios con comunistas” durante la campaña electoral. Mientras tanto afirma que sus principales aliados siguen siendo Estados Unidos e Israel.

Al mismo tiempo, hace algunas semanas, cuando vinieron al país legisladores de Estados Unidos (tanto demócratas como republicanos) Milei les reprochó que China logró solucionar un problemas que Argentina tenía con el swap tan solo en 24 horas, cuando el país norteamericano no realizaba los mismos esfuerzos para ayudar al país.

Hace algunas semanas, además, el Ejecutivo había enviado un memo a los trabajadores de cancillería en el que los instaba a alinearse con la agenda del gobierno.

Mientras tanto, Mondino fue perdiendo poder dentro de su cartera. Le sacaron la agenda de inversiones, fue reemplazada por otros funcionarios en viajes al exterior y sufrió muchos cambios, entre despidos y renuncias, de su equipo de trabajo.

La semana pasada el secretario de Relaciones Exteriores, Leopoldo Sahores, presentó su renuncia. Era el segundo de la ex cancillería era mirado con desconfianza por los integrantes del círculo íntimo de Milei. A principios de esta semana el gobierno argentino había oficializado el nombramiento de un nuevo representante argentino ante la ONU a partir de noviembre, Francisco Tropepi, en reemplazo al embajador de carrera Ricardo Lagorio. Este último no había acompañado las actividades del Presidente durante su paso por New York. Quien sí estuvo a su lado, en cambio, fue Gerardo Werthein.

La justificación del voto en contra del bloqueo tiene muchas explicaciones, dependiendo de la fuente consultada. El país viene sosteniendo la postura desde hace tres décadas. Y la ley 24.871, sancionada en 1997, reza en su artículo 1° que “Las leyes extranjeras que, directa o indirectamente, tengan por objeto restringir o impedir el libre ejercicio del comercio y la libre circulación de capitales, bienes o personas en detrimento de algún país o grupo de países, o que de algún modo permitan el reclamo de pagos o indemnizaciones de cualquier naturaleza a favor de particulares con motivo de expropiaciones realizadas en un tercer país, no serán aplicables ni generarán efectos jurídicos de ninguna especie en el territorio nacional”.

En ese sentido, agrega que serán “absolutamente inaplicables y carentes de efectos jurídicos” las leyes extranjeras que tengan como objeto generar efectos extraterritoriales “a través de la imposición de bloqueo económico, la limitación de inversiones en un determinado país, o la restricción a la circulación de personas, bienes, servicios o capitales, con el fin de provocar el cambio de la forma de gobierno de un país, o para afectar su derecho a la libre autodeterminación”.

Luego de que el portavoz Adorni haya anunciado la salida de Mondino, el gobierno argentino emitió un comunicado que fue duramente criticado por distintos sectores del arco político. Después de de afirmar que el país "se opone categóricamente a la dictadura del gobierno cubano y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene todos los regímenes que perpetran violaciones de los derechos humanos y de las libertades individuales”, informó que iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería “con el objetivo de identificar a impulsores de agendas enemigas de la libertad".

“La Argentina atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”, sostuvo el Ejecutivo en su mensaje.