BUENOS AIRES - El Gobierno nacional oficializó este miércoles, mediante el Decreto 46/2025, la habilitación del autodespacho de combustible en todo el país, un sistema que permitirá a los conductores cargar nafta o gasoil sin asistencia de un playero. La medida, respaldada por cámaras de estacioneros, busca modernizar el sector y alinearse con prácticas comunes en Estados Unidos, Europa y países vecinos como Uruguay.

Hace algunos meses empresas como YPF y Shell iniciaron experiencias preliminares en la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza. YPF ya cuenta con una estación de servicio en el barrio de Palermo donde el autodespacho de combustible se encuentra disponible en horarios específicos. Raizen, operadora de Shell, confirmó que avanza en un proyecto similar en CABA, con expectativas de implementación en tres o cuatro meses.

No obstante, el despliegue total dependerá de la reglamentación pendiente de la Secretaría de Energía, que deberá definir protocolos de seguridad y funcionamiento en los próximos 60 días. Entre los desafíos destacan la adaptación tecnológica de surtidores y posibles tensiones sindicales por cambios en los roles del personal.

La norma no aplicará en provincias como Buenos Aires, La Pampa y Jujuy, donde las legislaciones locales prohíben que usuarios manipulen surtidores. En estos casos,

seguirá vigente el servicio tradicional. Para el resto del país, el decreto establece que las estaciones podrán ofrecer autodespacho de forma optativa, incluso con precios diferenciados más bajos, según destacó el Ministerio de Economía.

El Ejecutivo enfatizó que el sistema reducirá costos operativos, permitirá horarios extendidos -incluso las 24 horas- y mejorará la seguridad en zonas de alto riesgo.

La transición será gradual: se prevé un modelo mixto donde los clientes elijan entre cargar su combustible o solicitar ayuda.

En países como Estados Unidos o Australia, el autodespacho suele combinar pagos anticipados en surtidores con tarjetas o apps, o abonos posteriores en caja. En Argentina, durante la década del ‘90, hubo experiencias similares, aunque discontinuadas. Ahora, el Gobierno confía en que la medida impulse la competencia y ahorro para los consumidores.

Mientras las petroleras ajustan sus sistemas, los usuarios deberán adaptarse a nuevas rutinas: desde colgar correctamente la manguera hasta asegurar la tapa del tanque antes de encender el motor. Un desafío técnico, pero también cultural.