BUENOS AIRES – La muerte de Jorge Mario Bergoglio, el “papa argentino”, tocó profundamente a su país natal. Aunque nunca volvió durante su pontificado, el vínculo emocional entre Francisco y muchos argentinos jamás se rompió. Y tampoco estuvo exento de polémicas.

No era un secreto su afinidad con el peronismo y, aunque trató de marcar distancia con la política local, cada gesto suyo era analizado al detalle, como si escondiera una postura. En Argentina, nunca fue solo el Papa: seguía siendo Jorge Bergoglio.

Para muchos, todavía era el arzobispo de Buenos Aires que, luego de años de enfrentamiento con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la recibió con calidez en el Vaticano una vez que fue elegido. Cuando se reunió con el presidente que la precedió, Mauricio Macri, sus expresiones durante la charla fueron analizadas con lupa, alimentando todo tipo de teorías.

Más allá del rol que asumió en Roma, para otros seguía siendo simplemente “el padre Jorge”, el joven jesuita comprometido con los más necesitados. Y fanático de San Lorenzo.

Pese a las contradicciones que despertaba su figura, las reacciones ante su fallecimiento cruzaron todo el arco político, religioso y social del país, destacando su compromiso con la paz y la promoción del diálogo como única vía posible para resolver conflictos.

Desde las primeras horas del lunes, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires abrió sus puertas a los fieles para una misa en su memoria. Vecinos y vecinas se acercaron en silencio, con flores y velas, como muestra de respeto y cariño.

Durante la ceremonia, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, les dijo a los presentes: “Creo que el mejor homenaje que podemos hacerle los argentinos a Francisco es unirnos. El mejor tributo es construir puentes, es dialogar, es dejar de pelearnos todo el tiempo”.

El presidente Javier Milei, tras decretar siete días de duelo nacional, dijo haber recibido la noticia “con profundo dolor”, y agregó: “Ahora descansa en paz”. También reconoció que, pese a las diferencias pasadas, haberlo conocido fue un honor: “Como presidente, como argentino y como hombre de fe, saludo al Santo Padre y acompaño en el dolor a quienes hoy lloran su partida”.

También la vicepresidenta Victoria Villarruel compartió un mensaje de condolencias, resaltando el rol clave del Papa en la promoción de los derechos humanos y la paz.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, recordó al pontífice como un líder humilde y sensible ante la injusticia: “Un Papa sin pompa, sin lujo, dedicado a la gente que lo necesitaba y con mucha coherencia durante toda su vida. Y compartimos una visión que llevaré siempre en el corazón: que nadie quede atrás, que nadie es descartable, y que quien lidera debe tener claridad en el rumbo, pero también sensibilidad para llegar hasta el fondo de la fila”, expresó.

Los mensajes llegaron desde todos los espacios políticos, gremios y organizaciones sociales.

Fue especialmente emotivo el mensaje de las Abuelas de Plaza de Mayo, que expresaron “profunda tristeza” por la partida del pontífice y recordaron su compromiso con la búsqueda de los niños y niñas apropiados durante la dictadura militar. La organización destacó que Francisco fue un aliado sincero en la defensa de la memoria y la verdad.

La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner publicó un extenso mensaje en el que definió a Francisco como “el rostro de una Iglesia más humana, con los pies en la tierra pero sin dejar de mirar al cielo”. Rememoró un encuentro privado en 2013, poco después de su elección como Papa: “Le dije que, como en Megafón, lo esperaban batallas celestiales. Se rió y me respondió: ‘Es mi libro favorito, adoro a Marechal’”.

También Mauricio Macri recordó su encuentro con el pontífice, a quien definió como “un religioso de estatura incomparable, un político firme y, por sobre todo, un buen pastor. Su vida estuvo marcada por enseñanzas transmitidas con palabras, compromiso y gestos”.