AZUL (BUENOS AIRES) – Fue una casualidad que aquel día de 2022 Sergio Tomasetti ingresara a la sede de la Sociedad Filantrópica Italiana en Azul, fundada en 1873, y pidiera información sobre un curso de gastronomía italiana luego de ver un anuncio que lo había intrigado.

“Lamentablemente el curso se realizaba en Italia, así que no podía hacerlo – afirma Sergio–. Pero comencé a charlar con el presidente, que me comentó acerca de la dificultad, agravada después de la pandemia, de mantener viables las asociaciones italianas". Las instituciones envejecían rápidamente, junto con los miembros que hasta entonces habían sido los pilares de la comisión directiva.

“Me vino a la cabeza mi padre –recuerda Sergio–. Era de Cingoli, en la provincia de Macerata, y llegó a la Argentina a los cuatro años. Fue miembro del Círculo Italiano".

Esta última es una asociación civil emanada de Filantrópica, nacida en 1973 por iniciativa de algunos socios para evitar la venta de la histórica sede.

Luego se dedicó a iniciativas culturales, pero las actividades se fueron paralizando de manera gradual.

“Nunca me había interesado mucho la comunidad italiana –admite Sergio– pero desde hacía algún tiempo había iniciado mi propia búsqueda de identidad. No es casualidad que haya asistido a la escuela para pizzeros Nuvola en Buenos Aires para aprender a hacer pizza napolitana y compré dos hornos, iniciando un pequeño negocio desde casa".

Así, entre charla y charla, Sergio recibe la propuesta de incorporarse al Círculo con el objetivo de revitalizarlo.

“Había la necesidad de crear un pequeño grupo de personas con ganas de ocuparse y trabajar gratis –afirma Sergio–. Mucho trabajo, cero retorno económico. Acepté sin dudarlo".

Para formar su equipo de trabajo (todos de alrededor de cuarenta años, jóvenes pero no niños), Sergio recurre a los clientes de su pequeña pizzería, que se llama Tercer Círculo en homenaje a Dante Alighieri y la Divina Comedia. El tercer círculo del infierno, de hecho, es donde terminan los codiciosos. Es el único lugar en Azul que ofrece auténtica pizza napolitana.

“Encontré un grupo de personas interesadas en encender esa chispa de italianidad que llevan en su ADN –afirma–. Azul tiene alrededor de sesenta mil habitantes y en mi opinión no hay familia que no tenga al menos un antepasado italiano".

Así, gracias al compromiso del nuevo grupo dirigente, el Círculo debuta con una tallarinada (fiesta de espagueti) a la que invita al intendente de la ciudad y luego participa en la Fiesta de la Comunidad en noviembre de 2022 con una pizza napolitana, una novedad para Azul. En diciembre de 2023 nació la idea de organizar un Festival de la Pizza con motivo del Día Mundial de la Pizza, que se celebra el 9 de febrero.

“Vimos una participación enorme, tanta que ya estamos pensando en la próxima edición –afirma Sergio, que se convirtió en presidente del Círculo–. La idea es que cada uno de nosotros nos dediquemos a lo que más nos gusta o hacemos, y llevar esa experiencia al comité directivo”. Cocina, arte, libros, música… Cada uno ofrece actividades y proyectos acordes a sus intereses.

Marcela Cabral está trabajando en el premio Italia es Arte. Un concurso de obras de dibujo, pintura y escultura, que culminará con una exposición final.

 

La convocatoria del concurso e instrucciones para la inscripción.

“En Azul hay muchos talleres artísticos, privados y públicos, que organizan cursos –explica–. Pensamos en ofrecer un espacio donde los talentos de nuestra ciudad puedan mostrar su trabajo".

La convocatoria fue abierta el 15 de abril, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Leonardo da Vinci, el genio italiano por excelencia.

“Elegimos esta fecha simbólica para no perder el foco en nuestro ser italianos –subraya Marcela–. Estimular la investigación y el encuentro, a través del arte, con nuestras raíces, con esa chispa de italianidad que llevamos dentro. El anuncio, sin embargo, está abierto a todos los ciudadanos de Azul."

También para Marcela el encuentro con su identidad italiana fue un descubrimiento reciente. Durante la cuarentena por Covid, comenzó a investigar sus orígenes, reconstruyendo el árbol genealógico de su familia.

“Era una forma de pasar el tiempo, pero también de dejarles una historia a mis hijos, una chica de 15 años y un niño de casi cuatro –dice–. Tres de mis abuelos son italianos, de Cosenza en Calabria, Nicosia en Sicilia y Rotondella en Basilicata. La familia de mi marido, en cambio, viene de Crescentino, en Piamonte. Logramos la unificación de Italia".