BUENOS AIRES – Finalmente “il pacco da giù” llegó a Buenos Aires. En realidad, llegaron 180 paquetes. Estas cajas de cartón componen la muestra de la exposición BasílicatË, alojada hasta el 29 de septiembre en el Muntref – Museo de la Inmigración.

La exposición, inaugurada el 25 de agosto, es el fruto de un proyecto realizado por el  Centro dei Lucani nel mondo Nino Calice de la región de Basilicata, que requirió un año y medio de trabajo, incluyendo la definición de los contenidos y la metodología, la creación de una red de contactos y su implementación.

La instalación, que emplea las cajas de forma modular, es una alusión a los paquetes que llevaban consigo los migrantes, pero también a las cajas de mudanza. “La movilidad es una experiencia común a todos, incluso sin cruzar el océano”, observa Cristina Amenta, a cargo del proyecto.

La idea principal es estudiar la diáspora lucana en tres ciudades americanas (Nueva York, Buenos Aires y Montevideo, a donde llegará mañana) para identificar continuidades y rupturas en la identidad regional, contaminada (en el buen sentido) por influencias de la realidad local.

“Esta muestra habla de los vínculos entre los lucanos dentro y fuera de Basilicata –afirma Mimí Coviello, coordinadora científica del centro Nino Calice– y cómo mantenerlos a nivel artístico, político y social”.

No es secundario que los lucanos en la diáspora sean más numerosos que los que residen en la región.

Fabio Ciaravella, curador del proyecto, no oculta su entusiasmo. La inauguración marca la culminación de un largo proceso de intercambio de prácticas y experiencias. Lo innovador es que no se trata de una exposición “sobre” las comunidades lucanas sino de una exposición “con” ellas. “Nos abrieron sus casas, nos permitieron participar en sus ritos, nos dejaron degustar antiguas recetas familiares, adaptadas a los gustos e ingredientes locales”, cuenta.

La exposición subraya la importancia de la lengua, pero también su evolución, las contaminaciones entre el italiano, el dialecto y el castellano rioplatense (o inglés, en el caso de la comunidad neoyorquina).

También se pueden ver cuatro documentales sobre fiestas religiosas: la procesión de San Rocco en Tolve (Potenza), Nueva York y Montevideo, y la de San Francesco di Paola en Buenos Aires. “Elegimos celebraciones capaces de producir un diálogo con el paisaje urbano”, explica Ciaravella.

Ciaravella delante de las pantallas de los documentales (foto: F. Capelli).

En una de las paredes se pueden ver algunas fotografías de casas de familias lucanas de los tres países involucrados en el proyecto, dispuestas en secuencia como si fueran la misma casa. Un juego de imágenes que permite comprender cómo existe una identidad lucaniana en “sentir el espacio” que supera la distancia y el tiempo.

“Al principio fue difícil contactar a los lucanos de Buenos Aires e involucrarlos, pero luego tuvimos una participación enorme –dice Alejandro Tosi, presidente de Faba, la federación de asociaciones de Basilicata en Argentina)–. La participación fue abrumadora, especialmente cuando se trataba de cocinar. Todos querían compartir una receta de su familia”.

La elección de Muntref como sede fue prácticamente inevitable. No solo por el espacio disponible sino sobre todo por su historia.

El antiguo Hotel de Inmigrantes, que acogía a los recién llegados durante unos días  para su registro, alimentación y controles médicos, mantiene desde su apertura como museo un enfoque especial en la presencia italiana en el centro. “En 2013 realizamos una serie de video entrevistas sobre la nueva inmigración italiana y española a la Argentina”, comenta el director Marcelo Huernos, historiador de la Universidad Tres de Febrero y productor de los contenidos de Muntref.

“Visitar este museo nunca es una experiencia rutinaria –afirma el cónsul Carmelo Barbera–. En casa visita se respira una historia de oportunidad y sacrificio: las oportunidades ofrecidas  por Argentina, sin duda, pero también el trabajo duro, para mejorar la vida propia y la de la familia. Además, BasílicatË es también el primer proyecto que abordé cuando asumí el cargo hace un año”.

Desde Basilicata también llegó Michele Busciolano, jefe de gabinete del presidente de la región Vito Bardi.

“Con esta iniciativa queremos mantener el contacto con las generaciones jóvenes de la diáspora lucana y, al mismo tiempo, abrirnos a la internacionalización de la región –afirmó–. Promover las relaciones entre los lucanos del mundo y los que residen en Basilicata”.

Busciolano también hizo referencia al turismo de raíces y la financiación de viajes para aquellos que deseen visitar la tierra de origen de su familia

La exposición se podrá visitar de manera gratuita de miércoles a domingo de 11 a 18 en el Museo de la Inmigración junto con las exposiciones permanentes del museo.