POTENZA – La muestra BasilicatË volvió a casa. Volvió a Lagopesole, un pueblo medieval en la provincia de Potenza, donde desde hace tiempo arqueólogos trabajan para descubrir los secretos de una fortaleza suaba construida alrededor de 1242, que fue residencia de caza de Federico II y de su hijo Manfredo.
Lagopesole es también el lugar donde todo comenzó, hace unos dos años, con el proyecto del Centro para los lucanos en el mundo “Nino Calice”, que recorrió tres países (Argentina, Uruguay y Estados Unidos) marcados por la migración desde esta pequeña región del sur de Italia. El objetivo fue estudiar cómo, generación tras generación, se transforman o se conservan las tradiciones ligadas a la fe, la cocina, la lengua y la forma de vivir la casa.
La característica más importante de esta iniciativa es que no se trata de un proyecto sobre las comunidades lucanas, sino con ellas. Los organizadores (Mimì Coviello, Fabio Ciaravella y Cristina Amenta) viajaron varias veces entre Italia y América para promover la participación de los lucanos y sus descendientes, que contribuyeron generosamente con recetas, fotos y videos para reconstruir el rompecabezas de la identidad actual de esta tierra, más allá del recuerdo de lxs primeros migrantes.
El proyecto concluyó con una muestra itinerante que, en agosto de 2024, pasó por Nueva York, Buenos Aires y Montevideo, y luego tuvo una parada en octubre en el MEI (Museo de la Emigración Italiana) de Génova.
Y ahora, en la fortaleza sveva de Lagopesole -donde ya funcionan el centro “Nino Calice” y el Museo de la Emigración Lucana (MEL)-, se inauguró una nueva “Sala BasilicatË”.
Así lo anunció con alegría Mimì Coviello, coordinadora del comité técnico-científico del proyecto: “Es una sala permanente con una versión más acotada de la muestra itinerante —explica—, que dialoga muy bien con el recorrido del museo, el cual narra la primera migración lucana. De esta forma, cubrimos un período que va desde 1895 hasta 2025”.
Durante estos meses, además, el museo fue renovado con nueva cartelería, una librería en la planta baja y la traducción de los contenidos multimedia, que ahora están disponibles no solo en italiano, sino también en inglés, español y alemán.
¿El próximo paso? Será institucional. “Queremos volver a constituir una fundación que gestione el Centro para los lucanos en el mundo, que actualmente funciona como una dependencia de la Región Basilicata —explica Mimì—. Nos gustaría que tenga autonomía, para que su funcionamiento no dependa de las dinámicas políticas regionales”.
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