BUENOS AIRES – Era 1998. Romano Prodi, primer ministro de Italia, y Carlos Menem, presidente de Argentina, firmaron un tratado de colaboración científica entre los dos países.
Fue gracias a ese acuerdo que la Universidad de Bologna pudo abrir su propia sede en Buenos Aires, que ofrece carreras de grado y maestrías (la más conocida está dedicada a las relaciones internacionales entre Europa y América Latina).
Para celebrar sus primeros 25 años de actividad en Argentina, la Universidad de Bologna invitó a Buenos Aires a Romano Prodi, en su doble rol de artífice del acuerdo y economista experto en temas internacionales. Y organizó un encuentro en la histórica sede de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
El evento fue presentado por Rafael Lozano Miralles, presidente de la Fundación Alma Mater Studiorum – Universidad de Bologna. También estuvieron presentes el embajador Fabrizio Lucentini y el cónsul general Carmelo Barbera.
En conexión desde Bolonia, el rector Giovanni Molari anunció su intención de fortalecer los intercambios y la movilidad de docentes e investigadores, estimular la transferencia tecnológica e iniciar un proceso de doble titulación para que la carrera sea reconocida por el Estado argentino sin años suplementarios.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, recordó sus orígenes emilianos y celebró el regreso de Prodi, según él una de las figuras más importantes de la economía mundial.
“La eurozona –afirmó– tuvo en él uno de sus bastiones más importantes”.
Luego lanzó una polémica crítica al gobierno saliente de Argentina por su falta de apoyo a la candidatura de Roma como sede de la Expo 2030.
El embajador Lucentini recordó la actividad de la universidad en tres ejes: docencia, investigación y "tercera misión", es decir, la capacidad de impactar en la sociedad y promover mejoras.
“Siempre hablamos de Argentina como el país más italiano fuera de las fronteras –afirmó–. Pero si esta narrativa no es alimentada, se convierte en una retórica vacía".
Antonio Corradi, director del Centro de Altos Estudios de la Universidad de Bologna, habló sobre la ciudad emiliana y su historia durante la Edad Media.
Se refirió a los pórticos, patrimonio mundial de la UNESCO, como ejemplo de colaboración entre lo público y lo privado. Permitían a los propietarios de los edificios dar más espacio a sus viviendas y a los ciudadanos resguardarse de la lluvia o el sol.
Loris Zanatta, director de la maestría en Relaciones Internacionales entre Europa y América Latina, destacó la solidez de la presencia boloñesa en Buenos Aires.
“Siempre hablamos de las relaciones íntimas que unen a italianos y argentinos, nos reconocemos en todo –afirmó–. Sin embargo, a menudo falta contenido. Y este master pretende generarlo".