BUENOS AIRES - Este domingo 18 de mayo, los porteños renovaron 30 de las 60 bancas de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en unos comicios que confirmaron un vuelco histórico en el distrito gobernado por el PRO durante 18 años. 

Con una participación ciudadana del 53,31% -la más baja de la historia local-, los resultados expusieron una reconfiguración del mapa político: La Libertad Avanza (LLA), liderada por el vocero presidencial Manuel Adorni, se impuso con el 30,1% de los votos, seguida por el peronismo kirchnerista de Leandro Santoro (27,3%). El PRO, con Silvia Lospennato como candidata, cayó al tercer lugar (15,9%), su peor desempeño desde su fundación, mientras que Horacio Rodríguez Larreta, exjefe de Gobierno, obtuvo el 8% y la izquierda el 3,1%.

El triunfo libertario: violeta sobre amarillo

LLA conquistó 11 bancas y ganó en 8 de las 15 comunas porteñas, incluyendo bastiones tradicionales del PRO como Recoleta, Núñez, Belgrano y Palermo. “Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo”, celebró el presidente Javier Milei desde el bunker en el Hotel Libertador. 

Adorni -posiblemente en miras a la elección en la provincia de Buenos Aires, donde aún queda por ver si su partido entabla una alianza con el PRO- invitó a otros sectores a sumarse a su proyecto: “Tabula rasa. Todos aquellos que compartan nuestra agenda están invitados a sumarse a La Libertad Avanza”. Su discurso buscó capitalizar el voto joven y “anti-casta”, aunque su victoria se relativiza al considerar el ausentismo: solo el 16% del padrón total respaldó su lista.

Santoro y el peronismo: un segundo lugar estratégico

El exradical ahora aliado al peronismo Leandro Santoro, que encabeza la lista Es Ahora Buenos Aires, ganó con 10 bancas y triunfó en seis comunas (especialmente en el cordón sur de perfil popular). El sociólogo y actual diputado nacional interpretó el resultado como el cierre de un ciclo: “El PRO dejó de representar a los porteños”. 

Su campaña, enfocada en criticar el ajuste de Milei y el modelo de desarrollo urbano del PRO, logró consolidarse como alternativa, aunque enfrentó una sangría de votos por la división interna: las listas de Alejandro Kim (abogado y exvicepresidente de la Cámara de Empresarios Coreanos en la Argentina, que consiguió un 2%) y Juan Manuel Abal Medina (exjefe de Gabinete durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y actual vicepresidente del Partido Justicialista porteño, que apenas rozò el  0,5%) -peronistas no alineados con el kirchnerismo- restaron apoyo clave.

La irrupción de Alejandro Kim, cercano a Guillermo Moreno, y el pésimo desempeño de Abal Medina operaron como “daño colateral” al kirchnerismo. Sus votos, aunque mínimos, casi igualan la diferencia entre Adorni y Santoro (2,8 puntos).

El desplome del PRO

El PRO no ganó en ninguna comuna y quedó relegado a cinco bancas. Silvia Lospennato admitió la decepción: “El resultado no fue el esperado”. Jorge Macri, jefe de Gobierno, defendió su gestión pero evitó autocríticas. La salida de figuras como Larreta (ahora con su espacio) y Patricia Bullrich (aliada con LLA) fragmentó su base.

En diálogo con TN, el expresidente Mauricio Macri, consultado sobre una alianza con LLA, respondió con escepticismo: “Sin respeto no se puede. Si hay otra forma de dialogar... nosotros estamos”.

Horacio Rodríguez Larreta, con el 8%, obtuvo 3 bancas, confirmando su desgaste tras su ruptura con el macrismo. La izquierda, por su parte, accedió a una banca con el 3,1%, pero sin impacto en la agenda pública.

Cómo quedó el mapa de las comunas

Claves del resultado: fragmentación y desafección

  • Baja participación: En un país donde la participación electoral suele estar por arriba del 70%, el 46,69% de ausentismo refleja descontento y cansancio con respecto a la política, stuación que pudo verse profundizada por el desdoblamiento electoral.

  • Efecto de las listas: Las 17 listas que se presentaron a las elecciones (este año sin PASO luego de su suspensión) dispersaron votos. La eliminación de las primarias benefició a opciones minoritarias, aunque solo cinco listas accedieron a bancas.

  • Geografía del voto: LLA dominó en zonas norte (clase media/alta), mientras Santoro capitalizó el sur (trabajadores afectados por la crisis).

Las elecciones confirmaron que la Ciudad ya no es un feudo indiscutido del PRO. LLA emerge como nueva fuerza hegemónica, aunque con una base relativa, mientras el peronismo de Santoro se consolida como oposición. La baja participación y la fragmentación anticipan un escenario volátil de cara a las legislativas nacionales, donde Milei buscará replicar su éxito, y el PRO intentará evitar su extinción.