ROMA - "El saludo fascista entra dentro del perímetro punitivo de la 'ley Mancino' cuando crea un peligro concreto para el orden público", afirmó el Abogado General de Casación Pietro Gaeta, en su discurso en la audiencia que se celebra hoy ante los miembros de las Secciones Unidas del Tribunal Supremo, llamadas a expresar su opinión sobre la cuestión de los saludos romanos realizados durante una conmemoración de exponentes de derecha fallecidos.
Los hechos se refieren a la conmemoración con un saludo fascista celebrada en Milán. Los acusados, algunos exponentes de la extrema derecha, fueron absueltos en 2014 en primera instancia y luego condenados en apelación, dos opciones diferentes basadas en diversas violaciones de la ley que fueron impugnadas: en la primera instancia de la sentencia, la 'ley Scelba', que Castiga la reconstitución del partido fascista, en segundo grado la 'ley Mancino', que castiga las ideologías discriminatorias. Los jueces supremos de la primera sección penal solicitaron la intervención de las salas paritarias con el objetivo de disolver la duda y esclarecer un tema sobre el que hasta el momento ha habido diferentes orientaciones. El representante de la Fiscalía General del Tribunal Supremo pidió confirmar la sentencia dictada por el Tribunal de Apelación de Milán.
“Acca Larenzia con 5 mil personas es algo diferente a cuatro personas nostálgicas que se ven frente a una lápida en un cementerio y uno de ellos levanta el brazo. Hay que distinguir el fin conmemorativo del peligro potencial para el orden público. Nuestra democracia es fuerte y sabe distinguirse”, añadió Gaeta.
"Es evidente que el saludo fascista es una ofensa a la sensibilidad individual", pero se convierte en delito "cuando crea un peligro concreto para el orden público", subrayó el juez del Tribunal Supremo, que concluyó: "No podemos tener sentencias aleatorias de leopardo". en el que el mismo grupo es condenado por un tribunal y absuelto por otro”.
El saludo romano estuvo en el centro de las polémicas también hace unos días, cuando centenares de personas en el barrio de Tuslocano, el primer suburbio de Roma, extendieron el brazo durante un homenaja a jòvenes del Movimiento Social Italiano (MSI) asesinados en Roma el 7 de enero de 1978. El hecho fue duramente cuestionado por el Partido Democrático (PD) y Más Europa. entre otros.