ROMA – Continúa en el Senado italiano el debate por la aprobación del decreto-ley sobre normas urgentes en materia de ciudadanía: los distintos bloques parlamentarios presentaron sus propuestas de modificación, en total 105 enmiendas, que ahora serán analizadas por la comisión de Asuntos Constitucionales.

Los temas abordados en las distintas enmiendas se agrupan en cuatro áreas principales. La primera –y probablemente la más delicada desde el punto de vista constitucional– tiene que ver con la transmisión de la ciudadanía italiana.

Quién podrá transmitir la ciudadanía

Según el texto del decreto en discusión, la ciudadanía solo podrá ser transmitida por personas nacidas en Italia o, en caso de haber nacido en el exterior, si tienen un padre o madre nacidos en Italia, o si residieron en Italia al menos dos años continuos antes del nacimiento o adopción del hijo.

Así lo establece el artículo 3-bis:

“Se considera que nunca adquirió la ciudadanía italiana quien haya nacido en el exterior y posea otra ciudadanía, salvo que se dé alguna de las siguientes condiciones:
 c) uno de los padres o adoptantes ciudadanos haya nacido en Italia;
 d) uno de los padres o adoptantes ciudadanos haya residido en Italia al menos dos años continuos antes del nacimiento o adopción;
 e) un abuelo materno o paterno (ascendente de primer grado) de los padres o adoptantes haya nacido en Italia”.

Los parlamentarios electos en el exterior (Borghese, Biancofiore, Gelmini, Versace, Giacobbe) pidieron reemplazar la expresión “nacido en Italia” por “italiano”, eliminando de esta manera toda referencia al lugar de nacimiento y reivindicando el criterio del ius sanguinis (derecho de sangre). En la misma línea se expresaron senadores del Movimiento 5 Estrellas (Lopreiato, Maiorino, Cataldi, Gaudiano), quienes además presentaron una moción para denunciar los altos costos y la complejidad de los trámites de reconocimiento para los descendientes.

La vicepresidenta del Senado, Licia Ronzulli (Forza Italia) –partido de la mayoría que respalda la medida, al que también pertenece el canciller Antonio Tajani– propuso extender el beneficio a los descendientes hasta el segundo grado. Ronzulli estuvo de visita en marzo en Argentina, donde se reunió con instituciones y asociaciones italianas en Buenos Aires. Por su parte, Tajani visitó el país en octubre de 2024.

También el secretario de la presidencia del Senado, Marco Lombardo, solicitó permitir la transmisión a descendientes con bisabuelos nacidos en Italia.

Un grupo de senadores de Fratelli d’Italia (Menia, Spinelli, Della Porta, De Priamo, Russo) propuso una excepción para descendientes de cualquier grado “residentes en países bajo regímenes dictatoriales o que no respeten los derechos humanos, si se ve comprometida su seguridad personal”, con mención especial al caso de Venezuela.

Otras enmiendas presentadas por este bloque ratifican la intención del decreto de reservar el beneficio a quienes demuestren un vínculo afectivo genuino con Italia. Una de ellas establece que, para los descendientes de primer y segundo grado, se exija “un certificado que acredite el conocimiento del idioma italiano de al menos nivel B1”.

Otra propone reconocer la ciudadanía “a ciudadanos extranjeros descendientes de un antepasado italiano más allá de la segunda generación, que hayan residido en Italia al menos dos años por motivos de estudio o con contrato de trabajo formal, y que demuestren un nivel de idioma italiano B1 o superior”.

También se presentaron propuestas que agregan requisitos como la inscripción en el AIRE (registro de italianos en el exterior) o un determinado nivel de competencia lingüística.

Retroactividad
El segundo tema en debate es desde cuándo se aplicarían las nuevas reglas sobre el reconocimiento de la ciudadanía.

Los senadores electos por distritos del exterior solicitan que no se apliquen a los trámites en curso al momento de la entrada en vigor. En la misma línea, Italia Viva (Musolino, Paita, Borghi, Fregolent, Furlan, Sbrollini, Scalfarotto) propone que no tengan efecto retroactivo y que se apliquen solo a personas nacidas después de algunos meses desde la promulgación. En cambio, Ronzulli solicita una prórroga de cinco años para menores de edad al momento de la entrada en vigencia.

Fratelli d’Italia también presentó una enmienda para agilizar el proceso administrativo de reconocimiento para miembros de una misma familia, mediante un procedimiento simplificado.

El Movimiento 5 Estrellas propone que, para los turnos ya asignados antes de la entrada en vigor, se apliquen las normas anteriores. Otra enmienda de este bloque reserva, para el período 2026-2028, un cupo de ingresos para ciudadanos de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, en atención a los vínculos históricos y culturales.

Reducir los tiempos de los trámites

La moción redactada por el Movimiento 5 Estrellas para la sesión en Diputados denuncia la complejidad y lentitud de los procedimientos para el reconocimiento de la ciudadanía: un “camino de obstáculos que dura años”, que perjudica a quienes actúan dentro de la ley y desean establecerse en Italia. El texto exige al Gobierno simplificar los trámites administrativos, para que se resuelvan en un plazo máximo de un año.

En este sentido, los senadores de Italia Viva proponen crear un “Fondo para la agilización de los trámites de ciudadanía”, con una asignación de 3 millones de euros anuales. Del mismo modo, Fratelli d’Italia presentó una enmienda para acelerar el proceso de reconocimiento de ciudadanía para los miembros de una misma familia, mediante una vía administrativa específica.

Otras enmiendas se enfocan en las disposiciones para adquirir la ciudadanía por parte de extranjeros nacidos en Italia: algunas fijan un número mínimo de años de escolaridad en el sistema educativo estatal; otras exigen aprobar un examen de idioma y/o cultura italiana; algunas introducen normas específicas para hijos de residentes legales; y otras definen los plazos para presentar la solicitud de opción.