BUENOS AIRES – En medio de una situación económica que genera dudas, ansiedad y preocupaciones, la de Claudio Zuchovicki, presidente de la plataforma de inversiones BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos), es una voz optimista. Invitado por el Círculo Italiano a una de sus tradicionales Cenas del Lunes, compartió su visión sobre la coyuntura argentina, las transformaciones en marcha y los desafíos que deberá afrontar el país.

Zuchovicki comenzó trazando paralelismos entre las distintas crisis globales que han afectado directa o indirectamente a la economía argentina en los últimos 50 años.

El Rodrigazo de 1975, el desastroso plan económico tras la muerte de Perón en medio de una crisis global por el shock petrolero; luego, el fracaso de las Reaganomics en EE.UU., con un salto de las tasas de interés al 12,5%. La hiperinflación de 1989, que coincidió con la caída del Muro de Berlín, y finalmente –en 2008– el colapso de Merrill Lynch y las hipotecas subprime, con una recesión mundial que en la Argentina se superpuso a una crisis del sector agropecuario.

“¿Qué tienen en común todas estas crisis?”, se pregunta Zuchovicki. “Ocurren en contextos de tasas de interés elevadas. Y cuando las tasas están altas, en la Argentina las cosas siempre van mal”.

Sin embargo, se muestra confiado en cuanto al camino emprendido por Javier Milei. “La primera parte de su programa –dice– concluyó con el resultado esperado: bajar la inflación y lograr un superávit fiscal”. Actualmente, el gasto público es del 32% del PBI; en 2024 era del 45%.

“Ahora debe abrirse una nueva etapa –afirma–. Deben bajar los impuestos para permitir el desarrollo económico. Si el país crece, se amplía la base impositiva; por lo tanto, el superávit fiscal no se pone en riesgo”.

Zuchovicki observa que las políticas de los primeros dos años del gobierno de Milei han comprimido el consumo masivo. “Pero aumentó la compra de bienes durables –añade–. Señal de que ha crecido la confianza”.

Los indicadores, afirma, son positivos: en 2026 Argentina exportará más energía que soja. Por eso invita a no emigrar, especialmente porque en Europa la situación tampoco es tan favorable.

“Este 2025 debe ser el año de la economía real y de la reforma de las leyes laborales”, continúa. ¿Una misión posible? “Creo que sí”, responde, con datos en mano. En la Argentina, de 28 millones de personas en edad laboral, 6 millones están empleados en el sector privado, 4 en el público y 2 son monotributistas. “Todos los demás trabajan en la economía informal o no trabajan –señala–. Serán pocos los que defiendan el status quo”.

Otro sector en el que hay que apostar es el turismo. “Pero hay que crear servicios, valor agregado, no limitarse a aprovechar que para los extranjeros es barato –afirma–. Además, estamos viviendo una pérdida de valor del dólar, aunque los argentinos están tan obsesionados con esa moneda que no se han dado cuenta”.

Ahora, la gran pregunta es qué ocurrirá después de las elecciones de medio término de 2025. Y evaluar la capacidad de Javier Milei para generar herederos políticos. “Luis Petri y Patricia Bullrich, sus rivales en la campaña electoral de 2023, hoy son ministros de su gobierno –señala al respecto–. Creo que eso es bastante significativo”.