BUENOS AIRES – Argentina debe sus fronteras actuales a un italiano. Clemente Onelli nació en Roma en 1864 y falleció en Buenos Aires el 20 de octubre de 1924. Hace exactamente un siglo.

Licenciado en Ciencias Naturales por la Universidad de Roma, llegó a la Argentina en 1888. Hablaba latín y griego, como todos los eruditos de la época, pero también francés y español. Años más tarde, gracias a sus viajes, consiguió comunicarse en las lenguas de los pueblos originarios del sur argentino.

Se hizo amigo del químico Pedro Arata y de Francisco Moreno (el famoso “perito Moreno”), quienes lo involucraron en una primera expedición a la Patagonia, hasta Punta Arenas, en Chile. Estudió ejemplares de fauna y fósiles, observó a las tribus nativas e hizo una descripción de la geología y geografía de esas tierras.

De regreso en Aires, comenzó a publicar artículos sobre sus expediciones y trabajó como corresponsal de periódicos extranjeros. Fue contratado por el Museo de La Plata en la sección de Ciencias Naturales.

Sin embargo, el punto de inflexión en su carrera llegó en 1897. Fue llamado por el propio Moreno a formar parte de la Subcomisión de estudios para la delimitación de las fronteras con Chile, país con el Argentina mantenía una controversia sobre el método a utilizar. ¿Basarse en las cimas de las montañas o en las cuencas hidrográficas? Dependiendo de la elección, uno se beneficiaría en detrimento del otro.

En 1904 fue nombrado director del Jardín Zoológico de Buenos Aires, fundado en 1888, el primero de América Latina. Se mudó a vivir a sus instalaciones junto a su esposa y le dio una estructura que se mantuvo hasta su desmantelamiento y transformación en Ecoparque en 2016.

Hizo instalar fuentes (que también servían de bebederos para los pájaros libres), estatuas, esfinges y carteles educativos delante de las jaulas, con el nombre científico de cada especie y datos sobre sus características y hábitos.

Adquirió nuevos ejemplares, como una jirafa hembra para la que, al llegar a Retiro, no se encontró medio de transporte adecuado. El propio Onelli se encargó de llevarla a pie hasta Palermo, hasta la sede del zoológico.

Creó la Revista del Jardín Zoológico y la Sociedad Protectora de Animales lo nombró miembro de honor por su labor de divulgación entre los niños y su esfuerzo por proteger las especies protegidas. Puede parecer extraño, dada la sensibilidad moderna respecto al bienestar animal, pero los hechos deben leerse desde la perspectiva de la época. Onelli fue también el impulsor de leyes para la protección de la flora.

Estudió el arte autóctono del norte argentino, impulsando actividades artesanales y la producción de alfombras y tejidos. Justo al norte, en la provincia de Tucumán, descubrió un megalito probablemente de origen inca que hoy se conserva en el Museo de Ciencias Naturales de la Ciudad de Buenos Aires.

Falleció en Buenos Aires de manera repentina, el 20 de octubre de 1924, mientras caminaba con su esposa.