ROSARIO – El teléfono suena. Nadie contesta. Volvemos a intentar después de unos minutos y Luciana Colasurdo, presidenta de la Familia Molisana de Rosario, responde agitada: “Perdón, estábamos terminando de armar el stand...”.
Son las 15 h del 8 de noviembre y el Encuentro y Fiesta Nacional de las Colectividades de Rosario está a punto de comenzar. Abrirá sus puertas a las 19 h y concluirá el 17 de noviembre. El horario de apertura es de 19 h a 00:30 h todos los días, excepto los viernes y sábados, que se extenderá hasta la 1:30 h.
Durante diez días, más de 50 colectividades se dan cita con gastronomía típica, bailes y otras expresiones culturales en un lugar de la ciudad con gran valor simbólico: el parque del Monumento a la Bandera, junto al río. Un modo de destacar la doble pertenencia de las comunidades migrantes: las raíces en otro lugar, la realidad cotidiana en Argentina.
Este año, además, la celebración cumple 40 años. “Esto invita a una reflexión sobre la manera en que cambió la composición de las colectividades en Rosario –dice Luciana–. A las comunidades históricas, presentes desde hace más de un siglo en la ciudad, como la italiana y la española en primer lugar, se han sumado inmigrantes de otros países latinoamericanos, como Bolivia, Perú y Cuba”. En el último tiempo, además, llegaron ucranianos.
Italia está presente con varias asociaciones, reunidas en un mismo gazebo bajo el nombre de Sei Italia: la Familia Abruzzese, Familia Basilicata, Familia Veneta, Familia Molisana y Centro Toscano.
El Círculo Sardo, en cambio -que hasta el año pasado formaba parte del grupo-, este año decidió tener su propio stand.
“Es un trabajo que empieza muchos meses antes de la fiesta –dice Luciana–. Nos reunimos para decidir qué mejoras hacer al horno, cómo decorar el gazebo y organizamos eventos para recaudar el dinero necesario”.
Hay muchas cosas para hacer: organizar los eventos culturales, el menú, los turnos de trabajo en el stand… “No se trata solo de proyectar y soñar –afirma Luciana con tono humorístico–. Hace falta trabajo práctico. ¡El gazebo no se arma y desarma solo!”.
Cada día, en el escenario principal de la fiesta se presentarán grupos de danza, música y teatro pertenecientes a las distintas comunidades. A esto se sumará el programa de actividades organizado por las asociaciones individuales.
La propuesta de Sei Italia este año tiene como lema “Identidad, raíces, cultura”. Lo explica Luciana: “Incluimos una referencia al turismo de las raíces, pero sobre todo la idea de unidad nacional, respetando las diferencias regionales”.
En el gazebo de Sei Italia será posible participar en talleres de mosaico veneciano y construcción de instrumentos populares. Los niños presentarán una selección de danzas y una dramatización inspirada en Pinocho. Y no faltarán productos típicos de la cocina italiana: pizza, focaccias, porchetta abruzzese, spaghetti, lasagna… En el rubro de los dulces, el tiramisú veneciano, la pignolata de Basilicata, sfogliatelle, torta de ricota…
Un momento importante será la elección de los embajadores que representarán durante un año al conjunto de las colectividades, durante las festividades públicas de Rosario.
“Antes se elegían las reinas –observa Luciana–. Ahora, los embajadores pueden ser mujeres o varones. Y ya no se eligen por sus atributos físicos, sino por su vínculo cultural con la comunidad de pertenencia. Deberán presentar un baile, un canto, una poesía –explica–. Los tiempos también cambian en este sentido y las colectividades se adaptan para hacer más inclusiva la propuesta”.