BUENOS AIRES – Muy jóvenes o testigos de una historia centenaria. Ligadas a la tradición o innovadoras. Orgullosamente regionales o más inclusivas, frente a una “identidad italiana” genérica. Son los cientos de asociaciones italianas distribuidas por toda Argentina, que cada día mantienen viva, gracias al trabajo voluntario de miembros y simpatizantes, la lengua y la cultura italiana transmitidas por los primeros inmigrantes que llegaron al país.

¿Cómo termina el 2024 para ellos? ¿Y qué objetivos se proponen para 2025? Il Globo pidió a los representantes de algunas entidades presentes en diferentes zonas de Argentina elaborar juntos un balance.

“Fue un muy buen año, con muchas actividades y un récord de asistencia a los festivales de Bagna Cauda”. Aldo Caretti, presidente de la Unión Ossolana de Buenos Aires, incluso se muestra radiante cuando describe los avances de 2024.

“Hemos experimentado con éxito con la pizza bagna cauda –añade–. Un plato más ligero, que nos permite extender los eventos hasta finales de primavera y obtener una fuente adicional de ingresos. Claro que nada de esto sería posible sin el trabajo de todos los colaboradores”.

En el mismo ámbito regional, fue también un año importante para la Familia Piemontesa de General Cabrera (Córdoba).

“Celebramos los veinte años del hermanamiento con San Maurizio Canavese, en la provincia de Turín, donde una de nuestras delegaciones fue a celebrar –afirma el presidente Oscar Borra–. Hemos llevado a las escuelas el proyecto Un océano entre nosotros, en colaboración con la Sociedad Italiana, para hablar a niños y jóvenes sobre la inmigración”. Pero el resultado más importante es institucional: “A través del Consejo de Inmigrantes del general Cabrera, la lengua piamontesa fue declarada patrimonio inmaterial de la comunidad –afirma Borra–. Mientras que en junio celebramos nuestro ‘Festival Piamontés’, con música y bailes típicos”.

Desde Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires, Bruno Cimatti del Centro Emiliano-Romagnolo (recién egresado del CIAAE), habla con entusiasmo acerca del relanzamiento de la asociación. “El Centro, creado informalmente en 2002 y oficializado en 2006, había cesado sus actividades en 2010 –recuerda–. Con un precioso grupo de personas, formado por antiguos miembros y nuevos interesados, hemos decidido reactivarlo, poniéndolo de nuevo en diálogo con la comunidad italiana”.

La asociación fue relanzada el 2 de julio, con motivo del Día de los Emilia-Romañoles en el mundo y a partir de ahí las iniciativas fueron in crescendo. “Durante la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo, participamos en la feria 'Sapori d'Italia', organizada por el consulado el 23 de noviembre en la plaza central de la ciudad, presentando un stand con platos típicos de nuestra región”. Todo precedido de una conferencia sobre el romañol Pellegrino Artusi en la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia.

Buenas noticias también desde Rosario, en la provincia de Santa Fe. Aquí la Familia Veneta celebró este año su 40 aniversario. “Estamos muy contentos con los resultados –afirma el presidente Mauro Testa–. Fue un 2024 intenso, basta pensar que cerramos nuestras actividades el 29 de diciembre con la última reunión del cineclub. Entre las diversas iniciativas, lanzamos una nueva página web y organizamos una primera edición de un curso de teatro de arte”.

También desde Rosario, Jonathan Acciari de la Familia Marchigiana habla con orgullo de la gran participación en los cursos de italiano. “Hemos llegado a los 150 alumnos y abrimos nuevos niveles –afirma–. Además, nuestro grupo de música popular 'I Piceni delle Marche' es el único grupo folclórico de Las Marcas fuera de Italia. Participa en fiestas y eventos de la comunidad italiana en toda la Provincia de Santa Fe." En octubre, la asociación recibió la visita de una delegación de la región de Las Marcas. “Un acontecimiento importante – observa Acciari – que ayuda a fortalecer el vínculo con nuestra tierra de origen”.

Azul y Tandil son dos ciudades simbólicas de la inmigración italiana en la Provincia de Buenos Aires. En Azul trabajó a principios del siglo XX el arquitecto italiano Francisco Salamone, a cargo de la construcción de numerosas obras públicas de la ciudad, cuya estética y urbanismo moldeó. Mientras que Tandil fue el destino final de muchos compatriotas, atraídos por las oportunidades laborales de un naciente desarrollo industrial y la construcción del ferrocarril. Tanto es así que una porción entera del cementerio municipal, hoy lamentablemente en pésimo estado de conservación, pertenecía a la comunidad.

“Aunque no tenemos una sede física, trabajamos intensamente para crear espacios de encuentro, gastronomía, arte y memoria histórica –afirma el presidente del Círculo Italiano  de Azul, Sergio Tomasett–. Queremos concientizar a la ciudad sobre la riqueza cultural de Italia".

Entre las actividades organizadas, un Pizza Festival y el concierto Pizza & Rock, con la participación de la banda rosarina Amaro Lucano. Además, una exposición itinerante sobre inmigración (con expertos del Museo de la Inmigración de Buenos Aires que visitaron las escuelas, ofreciendo acceso a la base de datos que permite rastrear a los antepasados ​​que desembarcaron en Buenos Aires) y la exposición Italia es arte, con la participación de artistas locales.

“También estamos activos en los actos oficiales de la ciudad y en las celebraciones de otras comunidades de inmigrantes –explica Sergio–. Y con parte del dinero recaudado en nuestras actividades colaboramos con iniciativas benéficas locales”.

La asociación Italianos en Tandil cierra el 2024 con una larga serie de eventos e iniciativas de calidad, que van desde un programa de radio hasta la participación del coro y grupo de baile en fiestas y celebraciones locales, culminando en noviembre con Tandil celebra Italia, un evento gastronómico-cultural que coincidió con la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo.

“Con miras a una profesionalización cada vez mayor, participamos en un programa de formación de la Universidad local del Centro para el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil –afirma Mauro Nardin, el presidente–. Esto nos ofreció importantes consejos sobre muchos temas administrativos relacionados con la institución”.

En Lules (Tucumán) obtuvo la personalidad jurídica la jovencísima Asociación Italo-Argentina, fundada en 2019. “Un hito que marca la formalización de nuestro funcionamiento –observa la presidenta Claudia Veneziano–. Esto nos permite avanzar con pasos seguros hacia el crecimiento y consolidación de nuestra asociación”.

La asociación ha organizado encuentros culturales, intercambios institucionales, exposiciones y participación en eventos conmemorativos nacionales. “Sin embargo, mantener una agenda cultural tan activa no fue fácil –admite Veneziano–. En algunas ocasiones no hemos tenido tiempo suficiente para organizar todos los eventos y actividades previstas en nuestros objetivos marcados a principios de 2024 y nos gustaría mejorar en este aspecto”.

Desde Comodoro Rivadavia, en la ventosa Patagonia, Domenico Squillaci, de la Asociación italiana local , admite "las dificultades ligadas al contexto económico, pero aun así pudimos alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto: mejoras en la estructura de la sede y participación en eventos culturales". y eventos gastronómicos de la ciudad y zona”.

¿Y los objetivos para 2025?

Para Caretti dell'Ossolana, aumentar el número de celebraciones de bagna cauda de tres a cuatro. “Y conseguir que la asociación sea un espacio cada vez más atractivo para los jóvenes, la única garantía de continuidad”.

Oscar Borra, de General Cabrera, espera que en 2025 continúe la labor de difusión del italiano y del piamonte, que irá acompañada de actividades de asesoramiento sobre los trámites de ciudadanía.

Para el centro Emilia Romagna de Bahía Blanca, el año 2025 promete estar lleno de desafíos. “El principal será la recuperación de la personalidad jurídica, perdida durante los años de inactividad –anuncia Cimatti–. Otra prioridad será la organización de actividades que permitan al centro convertirse en un punto de referencia para la comunidad italiana en la ciudad. En este sentido queremos cooperar con otras entidades, italianas y no italianas, evitando cualquier forma de aislamiento”.

Para las asociaciones de Lule y Azul el desafío para 2025 será encontrar una sede física, mientras que las organizaciones de Tandil y Comodoro Rivadavia apuntan al recurso humano.

“Estamos pensando en crear un grupo activo de colaboradores y socios que no estén obligados a participar en las reuniones del directorio cada 15 días, pero que estén dispuestos a ayudar en los eventos que organizaremos”, dice Mauro Nardin.

Para Squillace el objetivo será incrementar “la oferta de actividades artísticas y formativas, para confirmar el posicionamiento de nuestro espacio en la vida cultural de la ciudad".

La Familia Veneta de Rosario, luego de haber resuelto algunos problemas burocráticos y ordenar la documentación a presentar, trabajará para dar continuidad a los programas en marcha. “Queremos más jóvenes en la comisión directiva”, afirma Testa, que sueña con crear una orquesta de cámara dedicada al barroco veneciano y la creación de una oficina de servicios de la región del Véneto en Rosario. “Pero para eso necesitamos un acuerdo entre diferentes instituciones”, concluye.