BUENOS AIRES - El ministerio de Salud informó ayer al mediodía que no va a renovar 1.400 contratos del personal del área. Lo confirmó a través de una publicación de X (exTwitter), en la que sostiene que la decisión se da “en el marco del proceso de reestructuración que el organismo está llevando adelante en función del reordenamiento de sus competencias y del redireccionamiento de las políticas sanitarias”.

De acuerdo a la cartera sanitaria, a cargo de Mario Lugones, se trata de una “optimización de personal” llevada a cabo a partir de “la identificación de irregularidades en las contrataciones durante la gestión anterior, la duplicación de funciones y el incumplimiento de tareas”.

Según trascendió, los recortes del personal incluyen, además del Ministerio de Salud, a la obra social de jubilados y pensionados (PAMI), al Hospital Español, Hospital Laura Bonaparte, Hospital Sommer -donde ya fueron confirmadas 150 desvinculaciones-, Hospital Posadas, Hospital René Favaloro, Hospital Cuenta Alta, Instituto Nacional del Cáncer, entre otros.

Primeros despidos

Al hospital especializado en salud mental Laura Bonaparte las primeras notificaciones les llegaron algunas horas después de que el ministerio de Salud publicara el comunicado. Fueron casi doscientas, dirigidas casi en su totalidad a personas contratadas durante la anterior gestión de gobierno.

“Los despidos alcanzan a todas las áreas —denuncia la psicóloga Soledad Rivas, que trabaja en el servicio de guardia del centro de salud y es delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)—. Hay servicios completos que quedaron sin personal. Entre ellos, el turno tarde del servicio de niñeces y adolescencias y de la demanda espontánea, que es una de las bocas de entrada para el servicio de tratamiento”.

Al inicio de la gestión de Javier Milei, el Hospital Bonaparte contaba con 660 trabajadores. Su planta de empleados incluye personal de maestranza, administrativo, contable, legal, choferes de ambulancia, de farmacia. Hay también profesionales de nutrición, odontología, nutrición, kinesiología y áreas de docencia e investigación.

“La mayoría de las contrataciones del hospital son precarias —explica Joaquín Caporale, psicólogo del Bonaparte—. Antes había contratos anuales. Con el nuevo gobierno pasaron a ser de tres meses y llegaron a ser mensuales. Durante el último periodo del año pasado los hicieron de tres meses. Y ahora informaron que no renovarán a casi doscientas personas”.

El resto del personal aún no fue notificado acerca de la renovación de sus contratos, “algo que, años anteriores, para el 10 de enero normalmente ya estaba resuelto —aclara Soledad—. La decisión estaba a cargo de los directivos de cada organismo, que lo informaba a cada ministerio. Ahora interviene el ministerio de Desregulación, que debe aprobar las contrataciones. Y esperan hasta tener las nóminas de todos los organismos, cuando antes no era así. Hay que esperar a que esté listo un pliego completo que informe a qué trabajadores del ministerio de Salud van a renovarles el contrato. En el Bonaparte casi el 95% de los trabajadores tienen este tipo de contratos”. El personal del hospital se encuentra en asamblea permanente.

El año pasado más de cien personas dejaron de trabajar en el Bonaparte. “El gobierno no abrió la paritaria nacional y cincuenta profesionales decidieron irse del hospital. Más de veinte trabajadores fueron obligados a jubilarse. En junio, además, 26 personas habían sido desvinculadas”, relata Rivas.

Más pacientes, menos profesionales

“Lo más preocupante es qué va a pasar con los pacientes que se atendían con esos profesionales” —afirma Joaquín—. Ahora los servicios de guardia y de atención a la demanda espontánea, donde se realizan entrevistas de admisión, están sobrecargados, porque además hay más personas que acuden para utilizar los servicios del hospital”.

Para el psicólogo, esto se debe, entre otras cosas, a una crisis en salud mental presente “desde hace tiempo”, con la pandemia como principal detonante en los últimos años. “Ahora la crisis económica y social también influye muchísimo en el malestar general y provoca que se agraven padecimientos subjetivos”, asegura.