BUENOS AIRES - La Semana de Liguria en la Ciudad de Buenos Aires comenzó el domingo 7 de julio con la procesión de la asociación argentina de Porta-Cristos hasta la parroquia de la Iglesia del Tránsito de la Virgen, en el barrio de Almagro.
A pesar del intenso frío que afecta a gran parte de Argentina este mes, feligreses, miembros de la comunidad ligur y de la comunidad italiana en general asistieron a la festividad dedicada a la Virgen de Montallegro, patrona de Rapallo.
Las cruces y la imagen de Nuestra Señora de Montallegro fueron llevadas por los equipos de cristrezzanti de Buenos Aires, Rosario y Arroyo Seco (Santa Fe) -herederos de una antigua congregación ligur- que recorrieron las calles cercanas a la zona del Shopping Abasto, en el centro de la ciudad.
Los cristrezzanti o Porta-Cristos, nacidos de la tradición de la piedad popular, son una congregación laica dedicada a llevar crucifijos al hombro durante las procesiones, tarea nada fácil en los empinados carrugi (tal como se denomina a esos característicos y estrechos callejones) de las ciudades de Liguria.
“Nos sorprendió la cantidad de adolescentes que acompañaron la procesión este año”, declaró Silvia Alizeri, periodista cultural de ascendencia genovesa y organizadora de la semana de Liguria.

Los jóvenes Porta-Cristo y la Virgen de Montallegro (cortesía de S. Alizieri).
Como los crucifijos pueden ser muy pesados, y en consideración de su salud, a los jóvenes se les asignaba una cruz procesional de menor tamaño, proporcional a su capacidad física.
El padre Sante Cervellin, párroco italiano de la iglesia Nuestra Señora Madre de los Emigrantes del barrio La Boca, fue invitado a oficiar la misa junto a don Fernando Barbari, párroco "dueño de la casa".
“Los jóvenes son un signo de esperanza para la continuidad de los Porta-Cristo genoveses”, afirmó un emocionado Sante.
Como explica Silvia “estos grupos son los únicos que han mantenido la tradición en América Latina, y son los únicos representantes de la hermandad fuera de Liguria”.
El encuentro finalizó con un almuerzo en la sede parroquial, donde también se celebró el 85 aniversario de la congregación.
En el escenario de la sala, los niños del grupo de catequesis escenificaron el relato de la veneración de Nuestra Señora de Montallegro, recreando también la llegada en barco de los inmigrantes italianos que trajeron el rito a la Argentina.
Según la tradición, la Virgen apareció ante un campesino en la colina donde se construyó el santuario en su honor, precisamente en la localidad de Montallegro, en Liguria.
También se presentaron en el escenario el coro Coral Buenos Aires y Gustavo Vautone, cantando tanto en español como en italiano.
“Un símbolo perfecto de lo que representa la Semana de Liguria: un puente cultural entre Génova y Buenos Aires”, declaró Silvia Alizieri, muy satisfecha con la manera en que comenzó el evento que organizó.