ROSARIO (SANTA FE) –  Un encuentro -presencial y virtual- donde más de diez expertos hablaron sobre las perspectivas de colaboraciones profesionales y comerciales entre Véneto y Argentina.

La charla, titulada Empresas e intercambio Veneto – Argentina , fue organizada por la Familia Veneta de Rosario, en cuyo distrito consular la presencia italiana equivale a 170 mil miembros del Registro de italianos residentes en el extranjero (AIRE). A esi se suman los ciudadanos no empadronados y los descendientes de italianos sin ciudadanía.

“El evento se inscribe en un programa sobre emprendimiento véneto nacido en 2022”, explica Mauro Testa, presidente de la asociación. El objetivo es crear un espacio de discusión y colaboración precompetitiva para “crear un sistema” (para utilizar un término muy común en estos días).

Una vez más, la sociedad civil llega a los intersticios en los que el mercado no está interesado, aquellas áreas que el Estado no quiere regular o no tiene los medios para hacerlo. Una práctica que el mundo de las asociaciones italianas en Argentina tiene en su ADN, dado que nacieron para brindar asistencia económica, jurídica y sanitaria a los primeros inmigrantes.

En la actualidad la mayoría de estas necesidades han desaparecido, pero la vocación de “tercer sector” permanece. Hacerse cargo de solicitudes, inquietudes, necesidades no resueltas. Construir puentes entre diferentes realidades y promover la colaboración.

Hoy a las pequeñas y medianas empresas argentinas les resulta difícil internacionalizarse. Las restricciones a las importaciones y a los pagos internacionales (que limitan por tanto la capacidad de producción de las empresas) son los principales obstáculos encontrados, a los que se suma la engorrosa burocracia, tanto italiana como argentina.

Desde Italia, se conectó Efrem Tassinato, de la Red Wigwam , una asociación ecologista fundada en Véneto a principios de los años setenta para trabajar con las comunidades locales y que hoy está presente con 120 nodos en 21 países del mundo .

“Las empresas pueden ser un motor de desarrollo sostenible –explica Tassinato–. Por eso, la Red se pone a disposición del intercambio de buenas prácticas e información, sin obstáculos burocráticos, a través del contacto directo con las comunidades. Los temas que nos acercan a la Argentina son la base de nuestro método de trabajo: por un lado el desarrollo y por el otro la protección del territorio”.

Gianluca Toschi, de la Universidad de Padua, habló acerca del modelo de desarrollo veneciano, que llamó la atención entre las décadas del setenta y noventa: pequeñas y medianas empresas de capital familiar, repartidas por todo el territorio, con una importante utilización de mano de obra extranjera. Sin embargo, por razones ligadas a su ciclo de maduración y a la situación internacional, este modelo también se encontró en problemas.

“En 2023, los niveles de crecimiento fueron bajos –afirma Toschi–. Pero en abril-mayo de 2024 se observaron signos de recuperación”.

La vocación de las empresas del Véneto es internacional. “En 2023, las exportaciones a EE.UU., Reino Unido y China disminuyeron, pero aumentaron las dirigidas a otros países de la Unión Europea (UE), con Francia y España a la cabeza –afirma el investigador–. El 60 por ciento de las exportaciones venecianas va a la UE y sólo el 3,1 por ciento a América Latina”.

Mientras tanto, el mapa del comercio internacional se está reconfigurando. México logró superar a China en exportaciones hacia Estados Unidos pero Europa no está aprovechando esta brecha.

“Las exportaciones italianas se refieren principalmente a la mecánica –afirma Toschi–. Mientras que importamos productos de transformación del sector primario, es decir, de la agricultura, desde Argentina”.

No sólo comercio. También son muchas las oportunidades que ofrece la movilidad de trabajadores cualificados.

Como afirma Marco Ferrero, de la Asociación Católica de Trabajadores Italianos (ACLI), las dos entidades podrían beneficiarse del intercambio de directivos, además de -como ya ocurre- médicos y enfermeros. Un obstáculo a la movilidad está relacionado con las dificultades de vivienda que afectan al Véneto desde principios de los años 2000. “Por eso la ACLI, muy fuerte en el Véneto, ofrece un servicio de asistencia a los trabajadores recién llegados y les ayuda a encontrar alojamiento”, explica Ferrero.

Finalmente, la Cámara de Comercio Italiana de Rosario está disponible para trabajos de “mediación cultura” y no sólo comerciales. “Organizamos misiones, visitas, viajes para participar en ferias en los dos países –afirma la responsable del sector, Alessia Scalco–. Sobre todo, ayudamos a las empresas italianas a entender Argentina. Y viceversa”.