El pandoro es un postre típico navideño, muy común en Italia y cada vez más popular en el resto del mundo.

Si en toda Europa y Sudamérica el panettone fue coronado como "el postre de Navidad", en Italia el pandoro apareció para desafiarlo. Esponjoso, dulce y sin frutas confitadas, es especialmente apreciado por los niños. 

A diferencia de otros productos típicos, fruto de antiguas tradiciones populares, el pandoro fue inventado por un pastelero veronés de grandes ambiciones, para ser consumido en las fiestas.

Domenico Melegatti trabajaba en la pastelería familiar, por entonces muy reconocida en Verona, pero no se limitó a seguir los pasos de su padre. Su acercamiento a la profesión de pastelero era científico, un auténtico ingeniero de la manteca y el azúcar.

Además del pandoro, inventó nuevas formas de trabajar el azúcar y para conservar productos perecederos.

En 1894 Melgatti decidió ampliar las actividades de la pastelería con un producto para las fiestas que pudiera venderse por correo. Además, tenía que ser difícil de preparar en casa, apto para todos los gustos y de aspecto impactante para consumir en ocasiones especiales.

Se inspiró en un postre tradicional veronés, el levà, una mezcla de harina, leche y levaduras con almendras, pasas y piñones, que solía prepararse durante la Nochebuena.

Enriqueció la receta con manteca y huevos, quitando las pasas y los frutos secos para favorecer el proceso de fermentación y garantizar una masa esponjosa.

La elaboración requiere un total de treinta y seis horas de elaboración, siete ciclos de amasado y diez horas de fermentación, además de un horno especial de calor continuo.

Para hacer su producto aún más especial y atractivo, Melegatti pensó en darle una forma distinguible y original. Contrató al artista impresionista Angelo dell'Oca Bianca para crear un molde especial.

La forma creada por el artista aún se mantiene hoy; una pirámide truncada con base en forma de estrella de ocho puntas.

Se diseñó un envase de cartón especial, con la marca de la pastelería, para que pudiera ser enviado a los clientes sin sufrir daños durante el transporte. También se enviaba una bolsita de azúcar impalpable para desempolvarla al consumir.

El gran esfuerzo creativo y económico de Domenico Melegatti rindió sus frutos y el pandoro se convirtió inmediatamente en un gran éxito en todo el norte de Italia. 

Con el paso de los años, el pandoro se convirtió en un postre imprescindible en las mesas navideñas de todo el país y la empresa siguió creciendo. Melegatti es hoy una gran empresa industrial que también produce panettone, colombe, huevos de chocolate, brioches, pasteles y biscotti. Y el pandoro, es ahora un postre navideño, también es elaborado por otras empresas y pastelerías.