LONDRES - Indi Gregory, la beba británica de ocho meses que padecía una enfermedad incurable y había obtenido de urgencia la ciudadanía italiana para continuar su tratamiento en Italia, murió este lunes en Inglaterra tras la suspensión del tratamiento que la mantenía con vida.

“La vida de Indi terminó a las 1.45 de la madrugada (hora local) y Claire (su madre) y yo estamos enojados, avergonzados y con el corazón roto”, declaró su padre, Dean Gregory, en un comunicado.

El hombre denunció que el NHS, servicio público de salud británico, “y los tribunales no solo le arrebataron la oportunidad de vivir más tiempo, sino que también le arrebataron la dignidad de morir en el hogar familiar al que pertenecía”.

La beba tenía un serio daño cerebral como resultado de una rara condición conocida como enfermedad mitocondrial y era atendida en el Hospital de la Reina de Nottingham, al norte de Inglaterra, antes de ser trasladada a un centro para enfermos terminales. Su caso se encontraba en el centro de una batalla judicial entre sus padres y los médicos, que afirmaban que continuar su tratamiento solo le causaría sufrimiento.

Los especialistas que la atendieron sostenían que se le debería retirar el soporte vital para permitirle morir en un hospital o en un centro de cuidados paliativos, pero sus padres lucharon para continuar con el soporte vital, con la esperanza de que los tratamientos experimentales pudieran prolongar su vida. El gobierno italiano había solicitado permiso para que ella fuera tratada en el Hospital Infantil Bambino Gesu de Roma e incluso le concedió a la bebé la ciudadanía italiana.

Los médicos ingleses afirmaban que Indi no tenía conciencia de lo que la rodeaba, estaba sufriendo y se le debía permitir morir en paz.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, lamentó hoy la muerte de Indi. “Hicimos todo lo que pudimos, todo lo que era posible. Desgraciadamente, no fue suficiente. Buen viaje pequeña Indi”, escribió este lunes en la red social X (antes conocida como Twitter).

“La pequeña Indi Gregory se ha ido, una noticia que nunca quisimos leer. El gobierno italiano ha hecho todo lo posible, ofreciéndose a tratarla en nuestro país, lamentablemente sin éxito. Una conmovedora oración por ella y un sincero abrazo a sus padres”, escribió, por su parte, el vicepresidente Matteo Salvini.