PUERTO TIROL – Se llama Puerto Tirol, pero allí no hay mar. Tampoco montaña.

El lugar se encuentra en la llana y calurosa provincia argentina de Chaco, cerca de la frontera con Paraguay, no muy lejos de la capital provincial Resistencia.

Hoy el puerto es sólo un desembarcadero en el río Negro que ya no es navegable pero que alguna vez fue utilizado como enlace con el río Paraná, algo que durante algún tiempo volvió estratégica la posición de la ciudad.

El nombre de Tirol se debe a que los primeros inmigrantes que se asentaron en la zona eran del Trentino, que en aquella época se encontraba bajo dominación austrohúngara. Habían llegado siguiendo primero el curso del Paraná y luego el del río Negro.

Pasaron 135 años desde aquel día: el 6 de agosto Puerto Tirol celebró su aniversario de fundación.

Hoy es un pueblo de 7800 habitantes cuya vida económica está ligada a una fábrica de taninos. Una de las pocas que quedan en el mundo para la extracción de esta sustancia vegetal, fundamental en la elaboración del cuero y sobre la que se han descubierto propiedades beneficiosas sobre la microbiota intestinal (ayuda a seleccionar la flora bacteriana "amiga").

El Círculo Trentino no podía faltar en la primera fila de la celebración, donde se inauguró una placa conmemorativa de las primeras familias que se instalaron en la localidad. Antoniolli, Campestrini, Dalceggio, Bandeo, Bangher, Bobis, Delvai, Motter, Pasquini, Passamani son algunos de los apellidos que aparecen en el plato.

Como recordó el presidente de la asociación Darío Farías en su discurso, “estas personas eligieron Argentina para construir su futuro. Con dolor, dejaron atrás su tierra y sus familias. Por eso hay que mantener vivas las raíces de los fundadores” del pueblo.

El intendente, Humberto de Pompert Bangher, reiteró la importancia del ejemplo de los ancestros, que llegaron a trabajar estas tierras con la esperanza de poder forjar una nueva vida.

La fiesta finalizó con un desfile en el que participaron colegios, polideportivos, bibliotecas y centros culturales.

El Círculo Trentino, nacido en 1998, cuenta actualmente con unos 35 socios (no son pocos, en un pueblo que no alcanza los 8.000 habitantes).

“Ofrecemos cursos de italiano, información y orientación sobre becas para jóvenes y sobre la tramitación y el ejercicio de la ciudadanía – explica Darío Farías -descendiente de Giuseppe Ferdinando Maria Dalceggio, que nació en Torcegno (Trento) en 1862- un año después de la unificación italiana. Sin embargo, en ese momento, el recién nacido Reino de Italia aún no había anexado todavía la provincia de Trento. Lo haría recién en 1920.

“Mis antepasados ​​llegaron aquí alrededor de 1878-79, antes de la fundación oficial de Puerto Tirol”, observa.

La relación con los demás círculos del Chaco, como el de Corzuela es muy estrecha. “Pero también estamos en contacto con los de la provincia de Corrientes y del norte de Santa Fe”, explica. Darío participó de manera activa en el Círculo Trentino desde sus inicios. Es un compromiso que, definitivamente, marcó mi vida”, dice.

Gracias a la Associazione Trentini nel Mondo y la Provincia Autónoma de Trento obtuve una beca para completar mi formación, conocer Italia y estudiar el idioma.

“Incluso tuve la suerte de casarme con mi profesora de italiano – revela -. Y hoy tenemos dos hijos maravillosos”.