SAN CARLOS DE BARILOCHE (RÍO NEGRO) – Entre los bosques de la Patagonia se encuentra la ciudad de San Carlos de Bariloche, frente al impactante lago Nahuel Huapi y con la Cordillera de los Andes de telón de fondo. Este centro turístico es famoso por las bellezas naturales del sur de Argentina, pero también por su tradición chocolatera, heredada de los inmigrantes europeos que se establecieron allí en el siglo XX.
El piamontés Aldo Fenoglio fue uno de los pioneros. En 1948 abrió su primera pastelería, que luego daría origen a la empresa argentina más importante dedicada al helado y al cacao: el grupo Rapanuí.
Sus descendientes continúan con la misión familiar de hacer deliciosos dulces siguiendo métodos de producción artesanales y sostenibles, pero sin renunciar al crecimiento comercial. “Nuestra energía, en este momento, está concentrada en la expansión internacional”, declara Leticia Fenoglio, nieta del fundador e hija de Diego Fenoglio, responsable del crecimiento del grupo en el mercado interno durante la última década. Leticia es CEO de Franuí, la marca del grupo que produce los chocolates homónimos, realizados con frambuesas frescas sumergidas en una doble capa de chocolate artesanal.
“La idea se le ocurrió a mi padre un verano en el que la cosecha de frambuesas en Patagonia fue especialmente buena. Me llamó a la fábrica para que probara su experimento –recuerda Leticia–. No me dijo qué era y me pidió que lo probara a ciegas, confiando en él. Me pareció delicioso. Supe de inmediato que sería un gran éxito”.
Ya posicionada en el mercado local, la empresa tomó la decisión de lanzar el producto al exterior. Abrieron una fábrica en Europa, desde donde hoy se exportan los Franuí a 25 países, incluidos Estados Unidos.
La idea era abrir la fábrica -que se encuentra en España- en marzo de 2020. Sin embargo, la pandemia alteró los planes de la empresa. Cuando, después de muchos imprevistos y obstáculos, finalmente arrancó la producción, Diego estaba tan enfocado en poner en marcha la fábrica que dejó a Leticia la tarea de desarrollar el mercado.
“Me anunció feliz que la primera semana de producción había ido de maravilla y que ya teníamos cuatrocientos mil tarros de Franuí listos para vender… ¡pero aún no teníamos los canales de distribución! –cuenta la hija–. Aproveché la oportunidad y rápidamente busqué alianzas con otros grupos gastronómicos y cadenas de retail”.
La fábrica se encuentra en Valencia por motivos logísticos. “Pero el mercado italiano siempre fue el más importante, por la historia de nuestra familia”, explica Leticia, quien buscó personalmente los socios para la distribución en Italia, donde confiesa sentirse como en casa, a pesar de su profundo vínculo con Bariloche.
“Estaba en una feria del sector gastronómico y me encontré con el stand de Poke House, todo en rosa pastel –cuenta–. Inmediatamente supe que era el socio perfecto para Franuí. Su producto también se encuentra en la intersección entre lo rico y lo saludable”. La cadena de restaurantes de comida para llevar de ensaladas de arroz y salmón ofrece los Franuí como una opción liviana de postre. Exclusivamente en sus locales se puede conseguir el tarro de 90g. Los tarros de 150g también están disponibles en supermercados Coop y Carrefour.
Los Franuí llegaron a Italia en los locales de Poke House. Leticia posa con un tarro en Milán.
La identidad italiana y patagónica son elementos fundamentales de la compañía, tanto en el desarrollo de los productos como en la manera en que es gestionada. “Somos una empresa familiar muy ligada a nuestras raíces italianas, intrínsecas a la tradición chocolatera de la Patagonia, pero también a los recursos naturales de este territorio”, aclara Leticia.
A pesar de la fuerte expansión de los últimos años, el grupo Franuí-Rapanuí sigue apostando por el modelo familiar y la casa matriz permanece en Bariloche, donde contratan personal local. “Para nosotros es prioritario ofrecer oportunidades de trabajo a los jóvenes de Bariloche y que nuestro crecimiento vaya de la mano con el de la ciudad”, afirma la empresaria.
Leticia, que creció a orillas del lago, en la casa que da nombre a la empresa, es una gran amante de los deportes al aire libre, especialmente la vela, y quiere dejar en claro que, como empresaria, está comprometida con producir respetando el patrimonio natural de la zona, y concluye: “Los Franuí son el producto que sintetiza perfectamente estos dos aspectos. El corazón de frambuesa, fruto del suelo patagónico, cubierto de delicioso chocolate, resultado de la tradición familiar de los Fenoglio”