ROSARIO (SANTA FE) – Ama el rock italiano casi tanto como el rock nacional argentino. Se trata de José “Giuseppe” Lioi, voz y guitarra del grupo Amaro Lucano, del que es fundador y líder indiscutible.
Juanto a él tocan y cantan sus tres hijos, Valerio y José en la guitarra y Martino en la batería, la corista Iara Bertiche y el bajista Facundo Céspedes.
La banda de rock nació en 2002, pero la pasión de Giuseppe por la música y por Italia comenzó mucho antes. “Siempre he sido parte del rock underground rosarino –afirma–. Empecé con una banda llamada La Profecía”.
En cuanto a la conexión con Italia, Lioi viaja a menudo a Milán y Bolonia por motivos relacionados con su profesión “real”: es arquitecto y profesor de diseño.
“Siempre fui un enamorado del futurismo, pero también de Munari, del concepto de ‘belleza de la utilidad’, de hacer diseño a partir de la función del objeto”, afirma con entusiasmo.
Fue precisamente en Italia donde conoció a los músicos y grupos que luego serían protagonistas de sus versiones: Vasco y Ligabue, Timoria y Negramaro, Zucchero y Piero Pelù, Afterhours, Marlene Kuntz y Negrita.
“Además de cantar, en los conciertos intentamos hacer un trabajo cultural –explica–. En primer lugar, dejar claro que existe un ‘rock nacional’ italiano, pero también mostramos fragmentos de películas y hablamos de arte, desde los etruscos hasta nuestros días”.

Un primer plano de Giuseppe Lioi.
El primer público de Amaro Lucano estuvo integrado por los estudiantes del Cepec, el instituto superior de diseño de Rosario que dirige Giuseppe. De hecho, los primeros recitales se celebraron en la pequeña cantina de la escuela, una tradición que continúa hasta hoy.
“Para nosotros, el rock es un ‘núcleo semiótico’, un conjunto de signos que hay que interpretar y poner en diálogo con otros aspectos de la cultura”, subraya Lioi, con un tono repentinamente profesoral.
La fama del clan Lioi traspasó los límites de la provincia de Santa Fe hasta el punto de tocar con grupos famosos, como los Súper Ratones. “Dos veces al año hacemos conciertos juntos –explica Lioi–. También tradujimos algunas de sus canciones al italiano”. Y como la cultura es un viaje de ida y vuelta, Valerio también ha traducido al español Certe notti de Ligabue y varias canciones de Zucchero.
El nombre del grupo proviene de una anécdota familiar. El abuelo de Giuseppe era originario de Oppido Lucano (Potenza) y cada vez que un miembro de la familia viajaba a Italia, le pedía que le trajeran una botella de su licor favorito, el Amaro Lucano.
Llegado a Argentina en 1925, el abuelo fundó una empresa constructora que luego influyó en las elecciones de sus descendientes: la familia Lioi es una familia de arquitectos.
“Mi abuelo y mi padre construyeron muchas cosas en Rosario –dice Giuseppe–. Papá también fue presidente del Hospital Italiano y del colegio Dante Alighieri de la ciudad”.
El vínculo de Giuseppe con sus raíces familiares es muy fuerte, empezando por su nombre, transmitido en la versión argentina de José.
“Mi padre me regaló el reloj de bolsillo que era de mi abuelo –afirma con orgullo–. Y mi sueño es tocar en la plaza de Oppido, en honor a mis raíces”.
Giuseppe continúa la vocación familiar de difundir la cultura italiana a través de Cepec, su escuela de diseño, “donde el italiano es una materia curricular –explica– en virtud de la importancia internacional del arte y de diseñadores como Munari, Mari y Castiglioni. Gracias a nosotros, en los 22 años de historia de la escuela, miles de niños se han acercado a Italia y a sus raíces italianas, que a veces ni siquiera sabían que tenían”.