No hay dudas de que se cierra un ciclo para la Argentina.
Javier Milei, el anticasta, juró como presidente por los próximos cuatro años. Pero aún está por verse si realmente se abrirá una nueva era.
Más allá de las proclamas iconoclastas y de la insistencia en el símbolo transformado en contenido político (la motosierra con la que se mostraba durante la campaña electoral, por ejemplo), el gobierno que formó es poco revolucionario y muy técnico. Quizás porque, para gestionar el Estado, es necesario conocer sus reglas y mecanismos, así como el mercado y el contexto.
Es, en verdad, un gobierno más ideológico de lo anunciado, porque la tecnocracia también es ideológica, y en un alto grado.
Hay, por tanto, muy pocos anticastas, outsiders de la política y de la gestión estatal, si excluimos a Sandra Pettovello, titular del superministerio de Capital Humano.
Incluso en este punto, sin embargo, en los últimos días se ha dado un retroceso, porque el Ministerio de Salud no se convierte en una secretaría de Capital Humano, sino que seguirá siendo autónoma.
La tarea de liderarlo le fue asignada a Mario Russo, que ya ocupó cargos similares a nivel local en la provincia de Buenos Aires durante la gestión de Eugenia Vidal (Pro). Es un cardiólogo de gran experiencia, formado en el Hospital Italiano, el Hospital Español y en el Fleni, instituto de excelencia en el campo de la neurología.
El Ministerio del Interior recae en Guillermo Francos, abogado, que lleva una vida alternando actividad empresarial y política.
Las elecciones de Diana Mondino, economista experta en evaluación de riesgos financieros, designada para el Ministerio de Relaciones Exteriores, serán seguidas de cerca en las próximas semanas.
Las decisiones de primer minuto de la nueva ministra serán mucho más significativas que el abrazo amistoso entre Milei y el presidente ucraniano Zelensky que un giro proatlántico en la política exterior argentina.
Desde el punto de vista militar, el país tiene una tradición de neutralidad que dura 40 años (desde su regreso a la democracia), mientras que desde el punto de vista comercial en los últimos años se ha acercado a los Brics (China, Rusia y Brasil en particular), en detrimento de las relaciones con la Unión Europea.
Patricia Bullrich, ex opositora, definida por Milei como una “montonera asesina” (por su breve militancia en la guerrilla en los años 1970), retoma el cargo de ministra de Seguridad, el mismo que ocupó durante la presidencia de Mauricio Macri.
No es la única "recuperada": Luis Petri, candidato a vicepresidente con Bullrich, se hará cargo de Defensa. Luis Caputo, ex ministro de Finanzas y presidente del Banco Central durante el gobierno de Macri, pasa a Economía.
El puesto clave de la presidencia del Banco Central, ese que Milei decía querer desmantelar, lo ocupa ahora Santiago Bausili, un economista con larga experiencia en JP Morgan y, sobre todo, amigo de Caputo. También él tuvo un pasado en el gobierno de Macri.
Osvaldo Giordano asume como director de Anses (la institución estatal de pensiones): fue ministro de Hacienda de la provincia de Córdoba durante el mandato de Juan Schiaretti, otro opositor de Milei, eliminado en primera vuelta.
Entre los que “volvieron”, se encuentra también Rodolfo Barra, en Hacienda. Fue el hombre de Carlos Menem (y también su abogado personal), bajo cuya presidencia formó parte de la Corte Suprema de Justicia.
Destacan dos nombramientos sorpresa. Uno es el de Esteban Luguizamo como director de PAMI (la obra social de jubilados y pensionados). En realidad se trata de un ascenso, para un médico que trabajó como alto directivo del organismo durante 18 años.
Promoción interna también a la dirección del Conicet (el instituto público de investigaciones científicas), otra estructura en la mira de Milei, porque la consideraba un refugio para “ñoquis”. Se trata de Daniel Salamone, investigador en el campo de la Biotecnología. Una señal de que, en los próximos meses, más que el desmantelamiento total del instituto, deberíamos esperar un desvío de fondos de las ciencias sociales y las humanidades hacia la tecnología.
La cartera de justicia será comandada por Mariano Cúneo Libarona, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad del Museo Social Argentino y abogado acostumbrado a la presencia mediática. Amigo personal de Milei, por haber trabajado ambos para el holding Corporación América.
Mientras tanto, en el país las proyecciones de inflación para diciembre son del 15 por ciento mensual.
Este será el primer desafío que le espera al gobierno, en línea con sus promesas electorales.
Si este resultado fuera alcanzado en dos años, el presidente habría capitalizado un buen crédito para gastar en las elecciones legislativas de mitad de período de 2025.
De momento Milei anunció que su primera prioridad será reducir el déficit presupuestario, como también pide el Fondo Monetario Internacional, y que la inflación seguirá aumentando en los próximos meses.
Queda por ver cómo reaccionarán sus votantes ante los meses de "lágrimas y sangre" anunciados.