BUENOS AIRES - Edmundo González Urrutia, líder de la coalición opositora venezolana y candidato presidenciales en las elecciones del pasado julio, comenzará mañana una gira internacional con el objetivo de fortalecer el apoyo a su autoproclamación como presidente de Venezuela, prevista para el 10 de enero, día en que Nicolás Maduro iniciará su tercer mandato.
Exiliado en España desde septiembre, González Urrutia visitará varios países latinoamericanos en busca de respaldo para su regreso a Caracas.
La primera parada de su gira será Argentina. Allí mantendrá un encuentro con el presidente Javier Milei, que desde hace meses reconoció a González Urrutia como el legítimo ganador de las elecciones presidenciales de julio, aunque los resultados oficiales favorecieron a Maduro.
La relación entre los gobiernos de ambos países marcada por tensiones diplomáticas, como la reciente detención del gendarme argentino Nahuel Gallo en Venezuela.
El líder opositor viajará luego a Montevideo, donde se encontrará con el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou. Sus próximas paradas serán Panamá, República Dominicana y, posiblemente, Estados Unidos, países con una considerable presencia de migrantes venezolanos que también han reconocido a González Urrutia como presidente electo.
Mientras tanto, en Venezuela, el gobierno de Maduro emitió una orden de captura y ofreció una recompensa de 100 mil dólares por información que permita arrestarlo. El dirigente enfrenta cargos como conspiración y usurpación de funciones, aunque asegura que regresará a Caracas para asumir el cargo el 10 de enero.
La situación política en Venezuela se encuentra en un punto de máxima tensión. La oposición, encabezada por figuras como González Urrutia y María Corina Machado, rechaza los resultados de las elecciones de julio, que consideran fraudulentos. La movilización en las calles, aunque ha sido reprimida con dureza por las autoridades, continúa siendo un símbolo de resistencia contra Maduro.
González Urrutia se presenta como el candidato legítimo, apoyado por gran parte de la diáspora venezolana y algunos gobiernos internacionales.
Pero el proceso de transición hacia un nuevo liderazgo en Venezuela es aún incierto.
Pero aún es incierto lo que sucederá el 10 de enero.