BUENOS AIRES – El vínculo de Guillermo Kohan con Italia no está en su apellido, sino en su historia personal.
“En 1984, cuando tenía 22 años, mis padres me ofrecieron pagarme el pasaje y darme algo de dinero para conocer Europa –cuenta al público durante la Cena del Lunes del Círculo Italiano de Buenos Aires–. Me habían dado un presupuesto suficiente para unos 20 o 25 días. Al final, me quedé un año. Viajaba y buscaba changas para mantenerme. El mejor trabajo fue justamente en Roma”.
Fue acompañante en los micros de excursiones turísticas. “Tenía que presentarme a las 7 de la mañana en via Veneto –recuerda–, subir a los micros y pasar por los grandes hoteles a buscar turistas, que luego entregaba a los guías. Hacíamos el tour de Roma, viajes a Florencia, Nápoles, Sorrento y Pompeya. Pasé cuatro o cinco meses maravillosos”.
Licenciado en Economía y periodista (empezó su carrera en el diario Ámbito Financiero), hoy es columnista en varias radios, entre ellas Radio Rivadavia, donde comenta la actualidad económica y financiera argentina e internacional.
Al día siguiente de las elecciones de medio término del 26 de octubre, que confirmaron con claridad la mayoría del gobierno, comenta los resultados: “Parecía que las elecciones de ayer nos iban a llevar al fin del mundo, pero al final eso nunca pasa”, dice.

De izquierda a derecha, Alliata di Montereale, Kohan, Tosi y la socia Beatriz Reynoso.
La ola de optimismo que sacudió a los mercados inmediatamente después de conocerse los resultados –con el dólar en torno a los 1400 pesos y luego manteniéndose por debajo de los 1500– tiene dos razones principales, según Kohan.
“Por un lado, la victoria de Milei, con todo lo que representa, más allá del personaje, en términos de política exterior, económica y fiscal –afirma–. Por otro, la reducción del kirchnerismo y de todo lo que, en términos negativos, implicaba para los actores económicos”.
¿Qué cambia en las expectativas? “Antes de las elecciones, después del triunfo de Kicillof en la provincia, nos preguntábamos cómo iba a hacer Milei para terminar su mandato en los dos años que le quedaban; hoy pensamos que existe una posibilidad razonable de que su programa no sea solo un ‘intervalo entre dos peronismos’, como lo fueron De la Rúa o el propio Macri, sino un proyecto económico y social que genere entusiasmo”.
Resta preguntarse por qué ocurrió: por qué la sorpresa del 7 de septiembre, con la victoria de Axel Kicillof, y luego la del 26 de octubre, con la reelección de Milei. “Hay muchas teorías, pero la explicación más clara es que la opinión pública cambia rápido –responde Kohan–. La polarización funcionó. La estrategia del gobierno, el lema ‘no volvamos al pasado’, dio resultado, junto con la transparencia de la boleta única nacional, que redujo las posibilidades de fraude”.
Kohan pasa luego a enumerar las figuras revitalizadas por el voto: Javier Milei es el gran ganador, junto con su hermana Karina y su círculo más cercano. También se consolida Diego Santilli, primer candidato de La Libertad Avanza tras la renuncia de Juan José Espert, aunque no llegará a ocupar su banca, ya que acaba de ser nombrado ministro del Interior.
Patricia Bullrich es otra gran ganadora. “No era seguro que lograra reagrupar a todo el electorado de Juntos por el Cambio, pero lo consiguió –afirma el periodista–. Y ahora se posiciona como posible candidata al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2027”.
El macrismo, en conjunto, empata: Macri esperaba una victoria del gobierno, pero no tan amplia como para volver irrelevante a su propio partido. Ahora muchos de sus antiguos aliados –Santilli, Ritondo, Montenegro, la misma Bullrich– ya están integrados al gobierno. “Así que Macri queda con un papel secundario y un partido más diluido en el Congreso”, señala Kohan.
Entre los perdedores claros están Axel Kicillof, Máximo Kirchner y, naturalmente, Cristina Fernández, advierte el periodista, aunque aclara: “Atención: el peronismo mantiene una presencia importante, con unos 99 diputados y casi 30 senadores, y eso contará mucho; Milei estará obligado a negociar con otras fuerzas y con los gobernadores”.
Desde el punto de vista económico, según Kohan, ganan el sector financiero, el comercio, los importadores y los servicios. El agro, en cambio, empata: al gobierno no le será fácil reducir impuestos ni cumplir con las metas fiscales impuestas por el Fondo Monetario.
Sigue pendiente la cuestión económica de las pymes, las pequeñas y medianas empresas aparentemente ignoradas por Milei pero que emplean alrededor del 90% de la fuerza laboral del país. Este año perdieron unos 200.000 puestos de trabajo, que el RIGI (el régimen para grandes inversiones extranjeras) apenas compensó en una quinta parte. Son ellas las que más sufren la estancación económica.
Da la sensación de que a Milei le interesa más la finanza que la economía. “Y eso es un problema –interviene Giorgio Alliata di Montereale, presidente del Círculo–. Porque las industrias manufactureras son las únicas que todavía logran emplear trabajadores con bajo nivel educativo”.