Un libro ilustrado para adultos -o, mejor dicho, para lectores de todas las edades-, que busca contar los personajes, los autores y los temas de la literatura rioplatense. Aquella que se desarrolló entre Buenos Aires y Montevideo, en los dos márgenes del Río de la Plata. 

Imborrables, publicado por la editorial 17 Grises, es resultado de una colaboración. Más de 40 escritores, ensayistas e investigadores escribieron los textos, encabezados por Luis Guzmán y Salvador Gargiulo (los recopiladores de la obra). Y tres artistas de apellido italiano: Noemí Spadaro, Marcela Motta y María Pinto.  

La pregunta que subyace a cada intervención, ya sea con palabras o con imágenes, es la de intentar comprender qué hace que un personaje literario sea inolvidable.

El recorrido que realiza el libro va desde la Condesa Sangrienta de Alejandra Pizarnik hasta la Ballena Azul de Elvio E. Gandolfo, pasando por clásicos como el Martín Fierro de José Hernández o Don Isidro Parodi de Borges.

En total, 146 "figuritas", casi como las coleccionables de los álbumes de los futbolistas de nuestra infancia.

“Es un libro de retratos y autorretratos –dice Laura Malosetti Costa, crítica e historiadora de arte, decana del Instituto de las Artes Mauricio Kagel de la Universidad Nacional de San Martín– de escritores y artistas que leen, relatan y reinterpretan”.

Hablar de literatura, de historias y de personajes –y de nuestra relación con ellos– es también una forma de hablar de uno mismo.

El libro podría ser definido "indisciplinado". Transmite una gran libertad expresiva y los límites entre disciplinas y campos de conocimiento aparecen borrosos.

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Algunas imágenes del libro Imborrables (17 Grises).

Noemí Spadaro, una de las artistas que ilustró el libro, lo explica: “Trabajé con muchas técnicas diferentes, desde el collage hasta la tinta. Busqué objetos significativos, simbólicos, detalles aparentemente accesorios a los que darles relevancia."

Un método de trabajo que recuerda sus orígenes.

“Mi abuelo vino de la provincia de Reggio Calabria, de un pequeño pueblo llamado Cinquefrondi –cuenta–. Mi abuela era de San Pietro a Maida, cerca de Catanzaro. Ser argentina e italiana me enseñó a trabajar de forma no lineal, en capas superpuestas."

No es casualidad que entre los autores que influyeron en ella se encuentren Antonio Berni (Rosarino, hijo de inmigrantes italianos) y el siciliano Renato Guttuso.