BUENOS AIRES - El DT presentó este domingo su renuncia, la que le fue aceptada por la comisión directiva.
La derrota sufrida en la final de la Copa Libertadores fue la gota que rebalsó el vaso para un Almirón que lograba sostenerse en el cargo porque avanzaba en el certamen continental.
La delegación xeneize completa llegó desde Río de Janeiro y aterrizó este domingo por la tarde en Ezeiza, donde fue recibida por una multitud de hinchas que esperaron en el aeropuerto y en la puerta del predio.
Almirón se reunió con Juan Román Riquelme, el máximo dirigente del fútbol de Boca, en un encuentro que no duró demasiado.
“Me voy”, fue la declaración que el entrenador de 52 años le lanzó a Riquelme quien, según su entorno se vio sorprendido por la situación. El vicepresidente de Boca en primera medida habría intentado frenar la decisión, pero no logró convencer a Almirón.
“No, no... Esto no da para más”, concluyó esa breve charla Almirón. Así, puso fin a su relación con Boca apenas 24 horas después de la final perdida en el Maracaná.
Almirón tenía contrato hasta el 31 de diciembre y el 2 de ese mes hay elecciones en Boca. En un período de 36 partidos el técnico oriundo de la localidad bonaerense de San Miguel "repitió el equipo solamente una vez, no tenía una línea de juego, no ganó ningún partido en los 90 minutos de octavos hacia adelante en Libertadores y la campaña en la Copa de la Liga (perdió 6 encuentros) era muy mala", eran los más importantes cuestionamientos internos que le hacían.
Mariano Herrón, campeón con la reserva, que está desde el comienzo de la gestión Ameal-Riquelme y ve todos los partidos en el palco de la Bombonera junto a este último, tomará interinamente al equipo otra vez después de los dos encuentros que debió dirigir entre la salida de Ibarra y la llegada de Almirón. Tendrá a Silvio Rudman, campeón intercontinental con el sub-20 del club recientemente, como ayudante de campo.