BUENOS AIRES – AlunCo es una palabra mapuche que significa “reflejo en el agua”. Pero también es el nombre de la fundación que Karina Bustos, psicóloga de origen italiano, creó para la rehabilitación e inclusión social de personas con discapacidad neuropsicológica.

“Inmediatamente después de terminar de estudiar Psicología empecé a trabajar en un hospital, en el campo de la neuropsiquiatría infantil”, dice.

Allí Karina se enfrentó a una serie de condiciones que van desde el espectro autista hasta la parálisis cerebral. “Y rápidamente me di cuenta de algo –continúa–. Los niños habían estado hospitalizados durante demasiado tiempo". Con el riesgo de estar aislados incluso de su entorno familiar y social, como si este último no formara parte de la rehabilitación.

Así, gracias a una serie de becas de estudio, Karina inició una búsqueda sistemática de los diferentes métodos terapéuticos utilizados en todo el mundo.

“Quería entender cuáles funcionan realmente, más allá de las modas –explica–. Y me convencí de que el mejor enfoque posible es el transdisciplinario”. Significa que los distintos especialistas no deben limitarse a dar su aporte y colaborar con los demás, sino que deben “ensuciarse las manos”, respetando siempre las habilidades de los demás. Por ejemplo, saber que la inserción laboral es también una inserción social y relacional. O que la terapia ocupacional no sólo es útil para iniciarse profesionalmente, sino que mejora las habilidades motrices finas y la autoestima.

“En ese momento activé mi lado italiano, hecho de tenacidad y creatividad, y empezamos –dice–. Era 1998, nuestra sede estaba en un garaje del barrio de Villa Urquiza”.

Hoy la sede de AlunCo se encuentra en Palazzo Zorrilla, un edificio Art Nouveau de 1889 atribuido al arquitecto italiano Francesco Tamburini, en el barrio de Retiro de la Ciudad de Buenos Aires. “Estar rodeado de belleza ya es terapéutico en sí mismo”, afirma convencida Bustos.

El trabajo realizado hizo que la fundación ganara distintos premios internacionales. En la actualidad Karina es docente de la carrera de Psicología de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA). Pero su espíritu pionero y solidario de los primeros años no cambió.

Las consultas, el gimnasio y la sala de terapia ocupacional de la fundación incluyen a adultos con esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y secuelas de ictus, niños con trastornos del espectro autista, daño cerebral y retraso en la maduración.

AlunCo es también un centro de formación para otras organizaciones que se ocupan de la inclusión educativa y laboral a través de Vinci, una empresa de consultoría que lleva el nombre de Leonardo.

“Queremos compartir nuestro método –afirma Bustos–. Todas las organizaciones, empezando por las escuelas, hablan de diversidad e inclusión como si fuera algo que añadir. Pero la diversidad es natural, es parte de la condición humana. Si la educación se centrara en la esencia de cada uno, independientemente de su condición de discapacidad, no harían falta 'planes de inclusión' delineados desde arriba”.

Por este motivo, el objetivo de AlunCo es formar profesionales, subraya Karina, "capaces de volver a la centralidad humana".

Esta centralidad también se refleja en el enfoque económico. “Trabajamos con compañías de salud y mutuales, pero también podemos intervenir con tarifas solidarias y becas parciales para quienes están en dificultades y no tienen cobertura –explica Karina–. Nadie debe quedarse atrás, ni adultos ni niños”.

En esto fue importante la enseñanza de la abuela María, originaria de la provincia de Salerno.

“La casa de mi abuela estaba abierta a todos –recuerda–. Ella la definía como 'la casa del Buen Jesús', cocinó para nosotros hasta el último día de su vida. Gracias a su ejemplo elegí mi camino como emprendedora social”.