BUENOS AIRES - El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, finalmente decidió desdoblar la fecha de las elecciones legislativas con respecto a las nacionales.
“Tengo la responsabilidad de tomar decisiones que sean a favor de la provincia”, afirmó Kicillof que explicó que tomó aquella medida por la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) por parte del gobierno nacional. De acuerdo al gobernador, “resulta inviable votar” con ambos sistemas, porque cada persona debería sufragar “con dos urnas distintas, dos sistemas distintos y dos boletas distintas”.
Según Kicillof, votar el mismo día combinando dos modalidades distintas “sería un caos, surgirían dificultades de todo tipo y aumentarían las posibilidades de que un ciudadano no pueda traducir su preferencia en un voto efectivo”. Por eso, afirmó, “firmé el decreto para fijar la elección provincial el 7 de septiembre, con el objetivo de garantizar un proceso ordenado, transparente y centrado en el derecho de los bonaerenses a elegir en condiciones claras”. Las elecciones nacionales, en la que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados (127 bancas) y un tercio del Senado (24 bancas) serán el 26 de octubre.
“No estamos inventando nada”, añadió el gobernador, que sostuvo que “la mayoría de las provincias argentinas –entre ellas, la Ciudad de Buenos Aires– desdoblaron sus elecciones en virtud de estos mismos razonamientos”. Además, afirmó que “la mayoría de los intendentes de la provincia” pidió el desdoblamiento.
Kicillof también anunció que enviará a la Legislatura provincial un proyecto para establecer la suspensión de las elecciones primarias de este año por única vez.
El año pasado el parlamento argentino modificó el Código Electoral Nacional e introdujo la (BUP) como instrumento de votación en elecciones nacionales, que será implementada por primera vez en las elecciones nacionales legislativas 2025. Se trata de una boleta de papel que incluye en una misma papeleta a todos los candidatos, categorías de cargos, y partidos políticos que pueden ser elegidos en un acto electoral nacional.
El anuncio del gobernador Axel Kicillof de desdoblar las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires y suspender las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) profundizó las diferencias con el sector de Cristina Fernández de Kirchner, en un escenario donde la unidad del peronismo kirchnerista parece cada vez más frágil.
Aunque desde el entorno del mandatario insisten en que siguen trabajando por la cohesión del espacio, las señales de ruptura son evidentes. "Seguiremos buscando caminos de entendimiento si es posible; nuestra prioridad es consolidar un frente amplio para enfrentar a Milei", expresó un aliado de Kicillof presente en la conferencia. Sin embargo, la decisión de separar los comicios provinciales de los nacionales —contrariando la posición de CFK, que abogaba por elecciones concurrentes— marcó un punto de no retorno en las negociaciones.
La eliminación de las PASO complica aún más los acuerdos internos, ya que sin primarias será más difícil definir candidaturas consensuadas. Algunos dirigentes ya estaban pensando en el armado de las listas, pero eso, por ahora, quedará en suspenso.
Una cumbre clave y las versiones cruzadas
El domingo, antes del anuncio oficial, Kicillof mantuvo una extensa reunión de ocho horas con Sergio Massa, Máximo Kirchner y otros dirigentes peronistas. Según fuentes cercanas al gobernador, el clima fue cordial y no hubo amenazas de fractura. En ese contexto, Máximo habría mostrado cierta apertura ante la posibilidad del desdoblamiento, aunque condicionándolo a que CFK encabezara la lista en la Tercera Sección Electoral, que comprende 19 partidos de la zona Sur y parte del Oeste del Gran Buenos Aires.
Sin embargo, desde el cristinismo desmintieron esta versión, acusaron a Kicillof de actuar de manera unilateral y aseguraron que la decisión los tomó “por sorpresa”.
Massa, por su parte, le dio un pase libre a Kicillof y sostuvo que era importante, en base a la decisión que se tomara, ajustar la estrategia política sin perder la unidad.
A pesar del distanciamiento, ambos sectores reconocen que competir por separado beneficiaría al gobierno nacional y confundiría al electorado peronista.
En el cristinismo, en cambio, prevalece la molestia. Algunos dirigentes insinúan que la decisión del gobernador responde a un intento de consolidar su propio liderazgo, mientras otros, como Facundo Tignanelli, defienden el rol de CFK.
Lo cierto es que hoy hay tres polos claros dentro del peronismo: Kicillof, CFK y Massa, cada uno con sus propias estrategias. La reunión del domingo, pensada para limar asperezas, terminó evidenciando que las grietas son más profundas de lo que se creía. El desafío ahora es evitar que la pulse política se traduzca en una división electoral -que, en principio, no sucedería- que debilite aún más al peronismo kirchnerista frente a La Libertad Avanza.