BUENOS AIRES – La Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) rindió homenaje al fiscal Alberto Nisman, que en los últimos diez años de su vida había sido responsable de la investigación del atentado del 11 de julio de 1994 contra la sede de la institución.

En el marco del 130° aniversario de la fundación de la AMIA, se organizó una ceremonia dedicada a la memoria del magistrado con el descubrimiento de una placa conmemorativa.

A la ceremonia asistieron la madre, las hijas y la ex esposa de Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, así como representantes de la comunidad judía argentina y del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En 2004 Alberto Nisman fue elegido para llevar a cabo la investigación, pero el 18 de enero de 2015 el magistrado, de 51 años, fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero,  donde vivía solo desde hacía unos meses.

En el atentado murieron 85 personas y 300 resultaron heridas. La potencia de la explosión destruyó el edificio de la asociación e involucró a los edificios de los alrededores, alcanzando también a los transeúntes de la calle Pasteur, muchos de los cuales fueron víctimas fatales.

La tragedia conmocionó no solo a la comunidad judía, sino a todos los ciudadanos de Buenos Aires. Fue asociado de inmediato con el ataque terrorista contra la embajada de Israel llevado a cabo dos años antes, en 1992, que había sido reivindicado por un grupo terrorista de la Yihad, la principal línea de investigación seguida.

Hasta el día de hoy, las circunstancias de la masacre de la AMIA, que nunca ha sido reivindicada por grupos terroristas o naciones rivales, siguen sin estar claras. Las investigaciones sobre el incidente han dado lugar a varias teorías que involucran a grupos terroristas extremistas islámicos e Irán, pero nunca ha habido pruebas suficientes para identificar a los responsables.

Tampoco las circunstancias de la muerte de Alberto Nisman han sido esclarecidas, pero la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictaminó que la muerte del fiscal está vinculada a su investigación, según recordó el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Waldo Wolf, quien estuvo presente en la ceremonia.

El ministro también afirmó que la placa "representa una toma de posicion de la República Argentina". Luego expresó su opinión personal sobre la muerte del magistrado: "Yo considero que fue asesinado por lo que estaba investigando", dijo Wolf en su discurso a los presentes.

El día posterior a su muerte, Nisman debía presentarse ante una comisión parlamentaria para exponer y argumentar sus acusaciones en el contexto de una importante investigación judicial contra la entonces presidenta del país, Cristina Kirchner, el canciller y otros funcionarios del gobierno, a quienes acusó de haber conspirado para encubrir investigaciones a favor del gobierno iraní.

Sin embargo, las acusaciones de Nisman han sido refutadas en numerosas ocasiones por el agente de la Interpol Ronald Noble, quien habría sido el testigo clave convocado por Nisman. Noble negó siempre la participación de Cristina Kirchner y otros miembros de su gobierno.

Actualmente, el principal acusado es Diego Lagomarsino, técnico informático de la Fiscalía que asistió al fiscal en la investigación. Hoy está siendo juzgado por complicidad en el crimen, junto con los cuatro miembros de la escolta del Ministerio Público. Lagomarsino era el dueño del arma con la que se habría suicidado Nisman, que él mismo prestó al fiscal, y fue la última persona que lo vio con vida.