MONTEVIDEO – El sábado 5 de abril miles de personas se reunieron para participar de la quinta edición de “La Festa che ci unisce”, organizada por la Asociación Calabresa de Uruguay. Un evento que ya se volvió infaltable para la comunidad italiana en Uruguay y que, un año más, combinó tradición, música y gastronomía.

Acompañado por un día espléndido de sol –probablemente uno de los últimos antes de la llegada del otoño– el evento fue la excusa perfecta para disfrutar de un sábado al aire libre, entre stands, shows y momentos de verdadera camaradería.

La fiesta arrancó a las 11 de la mañana y se extendió hasta pasadas las diez de la noche, con una gran participación de familias y jóvenes que le dieron vida a toda la jornada. En representación de la comunidad italiana estuvieron presentes asociaciones de distintas regiones del país, e incluso de Argentina y Brasil.

Distintos puestos gastronómicos ofrecieron al público platos típicos de la cocina italiana, como arancini, risotto y cannoli sicilianos, junto a stands culturales, espacios informativos y algunos juegos inflables para entretener a los más chicos. El programa también incluyó danzas tradicionales y espectáculos musicales que animaron el día de principio a fin.

Fabrizio D’Alessandro, secretario del consejo directivo de la Asociación Calabresa, expresó con entusiasmo: “Vinieron más de diez mil personas, realmente un éxito extraordinario. Vimos una participación muy amplia, también de jóvenes, y eso es fundamental para el futuro de la comunidad”.

Hacia la tarde, la fiesta también dio lugar a expresiones culturales uruguayas y brasileñas, reflejando el contexto multicultural en el que viven las comunidades italianas que participaron del evento. El gran cierre estuvo a cargo de Zingabeat, un DJ de origen calabrés con una larga trayectoria compartida entre Italia y Uruguay.

También estuvieron presentes algunas asociaciones nuevas, como la Asociación Radici, un espacio de encuentro que busca preservar la memoria y la herencia cultural de los antepasados de la comunidad italiana en Uruguay, fortaleciendo los lazos con los lugares desde donde partieron al emigrar.

“Fue una fiesta realmente hermosa, que involucró a toda la colectividad”, concluyó D’Alessandro.