BUENOS AIRES – Una novela noir que es ante todo un homenaje y una declaración de amor por Buenos Aires. Se llama Noche porteña y, a pesar del título, está escrita en italiano.

El autor es Bruno Carapella, economista y profesor universitario, investigador sobre procesos de cambio en las administraciones públicas, presidente de la Fundación Eurosur para la cooperación entre América Latina y la Unión Europea.

Carapella es ante todo un porteño de adopción que lleva mucho tiempo en la capital argentina. Y todavía hoy vuelve a menudo, por motivos emocionales y profesionales.

Precisamente con motivo de su última estancia presentó la novela ante un reducido público de amigos reunidos en el restaurante La Stampa, entrevistados por la redactora y escritora Bárbara Galantino.

“La historia es totalmente ficticia pero, como en todas las novelas, incluí muchos detalles autobiográficos”, dice Carapella. Así, lugares frecuentados, como el Café Tabac, se convierten en escenarios de algunos capítulos, mientras que amigos y conocidos se transforman en cameos.

“Si un autor dice que su libro no contiene elementos autobiográficos, miente –continúa–. Cada novela contiene piezas del escritor, ya sean dramáticas, humorísticas o grotescas”.

La novela comienza en Nápoles, se detiene en Perú (pasando por Barcelona y Montevideo) y finalmente llega a Buenos Aires.

“Un sustrato de realidad y actualidad se entrelaza con la ficción –explica Carapella–. Las referencias al narcotráfico y al crimen organizado se basan en documentos judiciales públicos. Los carteles peruanos y la banda de Los Monos de Rosario no son invenciones literarias. El resto sí”.

Sus modelos son el francés Georges Simenon y el estadounidense Joe Lansdale, pero el libro comienza con una cita de un poema de Borges, Fervor de Buenos Aires, donde el escritor afirma que Buenos Aires es parte de sus entrañas.

El protagonista es un personaje clásico de la literatura hard-boiled, un subgénero del noir, típicamente americano, donde el investigador (policía, detective privado, periodista...) actúa en una zona gris en los límites de la legalidad.

Aquí el personaje principal, un periodista que llega de Nápoles a Buenos Aires realizando una investigación, es también el alter ego del autor con quien comparte muchas pasiones. “Comer bien y vivir bien, ante todo –confiesa Carapella–. No es casualidad que muchos capítulos se desarrollen en la mesa”.