BUENOS AIRES – La nueva librería Giunti Odeon, en Florencia, está inspirada en la librería El Ateneo de Buenos Aires (considerada por muchos como la más bella del mundo).

Se trata de dos casos exitosos de readecuación de edificios históricos preservando su apariencia y su finalidad.

Y si Argentina siempre mira a Italia como un modelo a imitar, esta historia es un ejemplo de lo fértiles que pueden llegar a ser las relaciones de verdadero intercambio, en las que las dos partes se alimentan y retroalimentan de sus respectivas experiencias.

La librería El Ateneo de Buenos Aires está ubicada en un antiguo teatro, Grand Splendid (Avenida Santa Fe 1860, en la Ciudad de Buenos Aires), y fue inaugurada en el año 2000.

El exterior y el interior mantienen intacta la estructura y decoración original del teatro, construido a principios del siglo XX, con los balcones y los frescos de la cúpula, que mide 20 metros de diámetro.

El tema de los frescos es una alegoría de la paz, pintada por Nazareno Orlandi en 1919, un año después del final de la Primera Guerra Mundial.

El teatro, donde el cantante de tango Carlos Gardel inició su carrera en 1920, cesó sus operaciones a finales de los años 1980, pero el edificio continuó funcionando como cine hasta 1999. Permaneció cerrado por algunos meses y reabrió sus puertas en el año 2000 como librería, la más grande de Sudamérica.

 

Los frescos de la cúpula del Grand Splendid de Buenos Aires.

Para National Geographic es la librería más linda del mundo, la segunda para el periódico The Guardian.

Cada día es visitado por clientes que buscan un libro específico, pero también por turistas que leyeron su historia en las guías de la ciudad.

Ahora El Ateneo tiene un una imitación en Firenze. También en el centro histórico, también en un edificio creado para albergar un cine-teatro. El Odeón estaba situado en Piazza Strozzi, en un edificio del siglo XV que, desde 1922, se utilizaba como cine.

Había cerrado sus puertas en 2022, exactamente un siglo después, incapaz de sostener los cambios en el público y en la forma de disfrutar del cine, que comenzaron mucho antes de la pandemia, pero que se aceleraron con el confinamiento.

Así, gracias a un acuerdo entre el propietario del inmueble y la editorial florentina Giunti (que gestiona su propia red de librerías en toda Italia), el Odeón renació como librería Giunti Odeón, sin traicionar su identidad cultural, a pesar de la gentrificación del centro de Florencia, que había propuesto transformarlo en un hotel de lujo.

La sala de cine continúa ofreciendo proyecciones de películas (algunas en idioma original), alternándose con con un programa de presentaciones de libros, talleres de lectura y creatividad para niños y otros eventos literarios. La librería tiene una selección de 25 mil títulos.

Además, hay puestos equipados para el uso de ordenadores y tablets que son de uso gratuito y tienen acceso a WiFi.

En el edificio también hay un bar-restaurante, legado de la anterior gestión y un espacio expositivo para artistas contemporáneos, con una nueva exposición cada seis semanas.