BUENOS AIRES – La edición 2025 de Bienalsur comenzó en Buenos Aires, el “Km 0” simbólico del proyecto. Una vez más, la sede es el Centro de Arte Contemporáneo Muntref, ubicado en el histórico Hotel de Inmigrantes, con entrada gratuita hasta el 31 de diciembre.

Bienalsur —cuyo nombre juega con las ideas de “Bienal del Sur” y “Bien al Sur”— es una iniciativa de Aníbal Jozami (rector de la Universidad Nacional de Tres de Febrero) y de la curadora Diana Wechsler. Jozami, coleccionista y entusiasta del arte, es el director general; Wechsler, la directora artística.

El lema de este año, Let’s play / Juguemos en el mundo, propone pensar el arte como una forma de juego.
No porque el arte o el juego sean cosas poco serias, sino todo lo contrario: ambos requieren objetivos, estrategia, humor, imaginación, capacidad de perderse y orientarse, seguir o romper reglas, asumir roles —“con la responsabilidad que eso implica”, aclara Wechsler— y reconfigurar constantemente las posibilidades.

“El arte es un espacio para reflexionar sobre aspectos de nuestra vida cotidiana —dice Wechsler—, y eso nos permite tener una mirada crítica sobre el presente”, con el objetivo de imaginar construcciones nuevas, transformadoras, donde se recuperen los derechos, empezando por el acceso a la cultura.

La exposición también toma como referencia literaria Rayuela, de Julio Cortázar: al igual que en la novela, cada visitante elige su recorrido, su desafío, su juego, su aventura, y los “otros” con los que se cruzará.

Entre los artistas reconocidos, se destaca el italiano Michelangelo Pistoletto, de 93 años, habitual de Bienalsur. Sus instalaciones reproducen una figura geométrica (dos trapecios unidos por la base menor) que puede ser una mesa de ping pong, una de picnic o el marco de una puerta sin paredes, que el público atraviesa con solemnidad, aceptando la regla número uno de cualquier juego: “hagamos de cuenta” que esta puerta existe y es el único pasaje de una sala a otra.

Aníbal Jozami posa con humor debajo de la puerta de Michelangelo Pistoletto. (Foto: F. Capelli)

No faltó la presencia de Marta Minujín, con una instalación óptica y su estilo inconfundible: corte carré platinado, anteojos negros y tapado rojo intenso.

La atracción principal de la apertura fue la obra del mexicano Carlos Amorales, quien participa por primera vez en Bienalsur. Su instalación, compuesta por platos de batería suspendidos en el aire, cobró vida en una performance de Pipi Piazzolla (nieto de Astor), que los hizo vibrar frente al público.

Otra instalación que captó la atención fue una serie de paneles de madera de distintos colores, pensados para combinar y representar mezclas cromáticas vinculadas a emociones y conceptos como el amor, la empatía o la ecología.

Desde Buenos Aires, Bienalsur recorrerá América Latina y llegará a Shanghái, su “Km 19.640”. También pasará por Johannesburgo (Sudáfrica), Rabat (Marruecos), Nacala (Mozambique), España, Francia, Hungría, Irlanda, Noruega, Polonia, y varias ciudades italianas en noviembre (Biella, Roma, Milán, Nápoles y Matera), además de Beirut, Riad, Doha y Timor Oriental.

“En total —explica Wechsler— son más de 70 ciudades y 144 proyectos. Esta semana, por ejemplo, también se inaugura en Madrid”.

“En cada sede, Bienalsur genera un proyecto original —detalla Jozami— en diálogo con las instituciones y artistas locales”. No se trata de una muestra itinerante, sino policéntrica. Muchos artistas desarrollan residencias y crean obras o performances en vínculo con el territorio y la comunidad, idealmente con entrada libre. Los organizadores recomiendan mantener la gratuidad siempre que la política institucional lo permita.

“No queremos ser cuerpos extraños en las ciudades —dice Jozami—. No queremos repetir lo que sucede todos los años en Venecia con la Bienal y los residentes. Queremos que las comunidades se sientan parte del proyecto”.

Recuerda la edición 2019 en Colombia: “Estábamos en Cúcuta, en pleno riesgo de conflicto con Venezuela. La gente nos acompañó, estaban felices de que apostáramos por la vida, incluso en ese contexto”.

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