BUENOS AIRES – El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su domicilio, donde cumple prisión domiciliaria por supuestas irregularidades en la adjudicación de obras viales durante sus mandatos.
El gesto, cargado de simbolismo político y agradecimiento, fue dado a conocer por la propia Kirchner a través de sus redes sociales.
“Hoy recibimos al compañero @lulaoficial en mi casa, donde me encuentro bajo arresto domiciliario por decisión de un Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política y se transformó en un partido al servicio del poder económico”, escribió Cristina.
La exmandataria trazó un paralelismo entre su situación judicial y la que vivió el propio Lula, quien fue encarcelado en 2018 en el marco de la operación Lava Jato y luego fue absuelto, regresando a la presidencia de Brasil.
“A Lula lo persiguieron, también fue víctima del lawfare hasta llevarlo a prisión, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y con la frente en alto. Por eso su visita de hoy fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad”.
En su mensaje, Fernández de Kirchner también denunció una “deriva autoritaria” del gobierno argentino encabezado por Javier Milei, y calificó la situación actual como un ejemplo de “terrorismo de Estado de baja intensidad”.
Por su parte, Lula no se pronunció públicamente sobre el encuentro con Kirchner. En sus redes sociales compartió fotos junto a la expresidenta, sin comentarios adicionales, al igual que imágenes con otros mandatarios del Mercosur –entre ellos Milei–, limitándose a declaraciones vinculadas a su participación en la cumbre del bloque, en la que Brasil asumió la presidencia pro tempore de la mano de la Argentina.
“Asumimos hoy la presidencia del Mercosur con el compromiso de concluir el acuerdo Mercosur-Unión Europea en los próximos seis meses. El semestre que viene será de mucho trabajo”, escribió Lula, quien también destacó la responsabilidad de Brasil como anfitrión de la COP30, la conferencia mundial sobre el clima.
En ese marco, la visita a Kirchner trasciende lo personal y se proyecta como un mensaje político que refuerza la cercanía entre dos figuras emblemáticas de la izquierda sudamericana.