BUENOS AIRES – Durante una noche de homenaje en el Círculo Italiano de Buenos Aires, Marcela Villaflor Piazzolla, nieta de Astor Piazzolla y vicepresidenta de la fundación que lleva su nombre, contó las razones que llevaron a la familia a crear la Fundación Astor Piazzolla, arte y educación.
Marcela explicó cómo el proyecto une el legado del compositor con el objetivo de educar a las nuevas generaciones y promover la creatividad contemporánea.
La idea de crear una fundación, contó, nació durante una serie de conversaciones entre los nietos, al principio sin un objetivo claro. Luego, al reflexionar juntos sobre la herencia del “Noni”, como lo llamaban con cariño, entendieron que querían hacer algo para proyectar al futuro la revolución musical que había impulsado durante su vida.
Por eso la fundación busca incluir nuevas miradas, nuevos géneros musicales e incluso músicos menos conocidos, pero con ganas de expresar su arte. Como explica Marcela, el objetivo es “difundir la música de Piazzolla en todas partes, no solo en los ámbitos del tango”.
“Mi abuelo no era una personalidad estática: su mirada siempre estaba puesta en el futuro, y eso es lo que queremos seguir haciendo con la fundación –explicó Marcela–. Astor componía música futurista, innovadora. Nosotros también queremos mirar hacia adelante, llegar a los jóvenes y a los chicos”.
Uno de los programas centrales es Piazzolitas, una iniciativa que lleva la música de Piazzolla a las escuelas públicas con un enfoque lúdico. “Descubrimos que los chicos no escuchan solo música infantil: hay que confiar en su capacidad de pensar distinto –dijo–. Con Piazzolitas queremos acercarlos al universo musical de Astor de forma natural y creativa”.
La fundación también apunta a ofrecer material de archivo a los nuevos artistas, gracias a su amplia biblioteca de partituras y grabaciones musicales, incluso inéditas, reunidas en un rico catálogo digital que incluye fotos y datos bibliográficos. El proyecto fue bautizado El Legado y está disponible en el sitio web de la fundación.
Un compromiso que permanece en manos de la familia. “No queríamos que Piazzolla se convirtiera en un ícono estático, porque él no lo era. Es nuestra responsabilidad mantenerlo vivo”, dijo Marcela, que para cerrar compartió un recuerdo personal: una foto de su infancia junto a su hermano Daniel y su mamá, con el abuelo en México.
“Los momentos que pasé con él fueron pocos, pero valiosos –cuenta con un dejo de nostalgia–. No teníamos un abuelo común: era Astor Piazzolla… De chicos pensábamos que vivía en los aviones, y cada vez que veíamos uno pasar lo saludábamos. Solo al crecer entendimos quién era realmente”.
Hoy, con la Fundación Astor Piazzolla, celebran su memoria mirando al futuro, fieles al espíritu de vanguardia del autor de Libertango.