MAR DEL PLATA (BUENOS AIRES) – El 2024 fue declarado como el “Año de las Raíces Italianas” como parte del Pnrr (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia), incluido en el programa de la Unión Europea (UE) conocido como Next Generation EU.
Se trata de un fondo de 750 mil millones de euros para la recuperación europea luego de la pandemia, de los cuales 191,5 mil millones de euros fueron destinados a Italia.
El proyecto "Turismo de raíces: una estrategia integrada para la recuperación del sector turístico en Italia después de Covid-19" tiene como objetivo el desarrollo turístico de los pequeños municipios italianos que no forman parte de las rutas típicas más populares pero que todavía tienen mucho ofrecer, especialmente a los descendientes de emigrantes italianos en el mundo.
Para algunos descendientes, ser italiano firma parte de la herencia familiar y para otros es un viaje de descubrimiento hacia el pasado.
Este fue el caso de Maximiliano Manzo, un joven ítalo-argentino que encontró sus raíces en Abruzzo y Molise de adulto, mientras buscaba su propio camino profesional.
Estudió derecho para convertirse en abogado, pero sintió que no era su vocación. Su gran pasión había sido siempre la música. Por eso, mientras estudiaba en la universidad, continuó presentándose en eventos.
Y, a través de la música, empezó a participar en las actividades de las asociaciones italianas.
Sus abuelos habían llegado a Argentina desde Abruzzo y Molise y habían contribuido a la fundación de las asociaciones italianas de su ciudad, Mar Del Plata, puerto y centro costero de la Provincia de Buenos Aires.
Maxi Manzo durante un concierto.
“Mi investigación musical a través de las raíces, de mis orígenes, estuvo impulsada por un interés por el folklore argentino y también por un aspecto algo nostálgico”, explica.
Un día Marité Perella, de la Unión Molisana de Mar del Plata, le aconsejó participar del festival Buenos Aires Celebra Italia, en la ciudad de Buenos Aires. Un lugar que le gusta tanto que, luego de terminar la universidad, pasó dos meses en Italia y, al regresar, se instaló en Buenos Aires.
Comenzó a trabajar como camarero en el restaurante de Donato De Santis. Por las noches cantaba con el grupo Madonna Nera, junto a la cantante y bailarina Veronica Morello, en el restaurante Il Ballo del Mattone.
En ese contexto conoció a Irma Rizzuti y Julio Croci, de la Federación Calabresa (FACA). “Me abrieron la puerta a la comunidad italiana de Buenos Aires”, recuerda Maxi.
En 2014 comenzó a trabajar en la organización de eventos comunitarios municipales mientras realizaba su proyecto personal como músico y compositor.
Para la Expo de Milán de 2015 compuso una canción en italiano, El vestido de Dora, que supuso su primer acercamiento a la tradición de la composición italiana más popular.
Su trayectoria como operador cultural empezó a cobrar cada vez más renombre hasta el punto de que los Consejos Regionales lo designaron "embajador" de los pueblos de Abruzzo y Molise en Argentina.
“Fue entonces cuando decidí realizar un proyecto vinculado a mi historia personal, combinando la música folklórica con mis raíces sudamericanas e italianas –explica–. Para la canción me inspiré en una anécdota familiar que me contó mi abuela Dora cuando era pequeña. La historia de cuando quería salir a bailar por la noche pero no tenía un vestido elegante que ponerse."
El vestido de Dora es un carnavalito, una composición del folklore argentino que se hibrida con la tarantella.
A partir de esta primera composición, Maxi escribió luego una obra de teatro, con el mismo título, que relata la llegada de sus abuelos a Argentina, la fundación de asociaciones para ayudar a los lugareños y, finalmente, el regreso de sus nietos a sus raíces italianas.
De ese proyecto nació un documental del mismo nombre, que Manzo comenzó a producir durante la pandemia filmando los testimonios de sus abuelos, quemando material de archivo y videos familiares de su tío, quien filmó todo en Super-8.
Una vez superada la pandemia, pudo viajar a Abruzzo para completar el documental -que ganó el Premio Dean Martin, otorgado a personas de origen abruzo que se han distinguido en varios países del mundo-.
El documental fue presentado en marzo de 2022 en Mar Del Plata, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional italiano (MAECI), diversas asociaciones (entre ellas Radici Italiane), las Regiones de Abruzzo y Molise y la embajada de Italia en Argentina.
Después de este primer resultado, Maxi propuso algunos proyectos de turismo en la región de Abruzzo y fue designado coordinador del programa como consultor externo.
Este año pudo presentar la versión teatral de El vestido de Dora en el teatro de Lomas de Zamora, en el conurbano bonaerense, tal como lo había soñado, con Verónica Morello y Donato De Santis como invitados de honor.
También planea presentar el espectáculo en 2024 en la embajada argentina en Roma.
Otro gran resultado para Maxi fue poder colaborar con Antonio Maggio, ganador de San Remo Giovani 2013, para el proyecto Musica delle Radici, un espectáculo en el que se proyectaron imágenes de su documental.
“Lo que intento demostrar a otros jóvenes es que la comunidad italiana es una red de oportunidades, para el éxito personal y colectivo – explica -. Las asociaciones están atravesando un proceso de transformación y relevo generacional en el que necesitamos rescatar lo mejor del sistema italiano".
Sobre esta necesidad de innovación, sostiene que hay que insistir y no lamentarse demasiado si uno encuentra resistencias en las asociaciones, porque nacieron con poca organización detrás.
“Un grave error de la comunidad italiana fue no extender la transferencia de la cultura popular a la educación académica –concluye–. Las instituciones deben ser un puente para hacer más accesible la cultura, de lo contrario no se aprovecharán los recursos".