BUENOS AIRES – No será una “relación carnal”, para citar la metáfora usada por Carlos Menem para describir las relaciones entre Argentina y Estados Unidos en los años ’90. Pero seguramente el vínculo privilegiado que, desde hace al menos dos siglos, une a Italia con el país sudamericano, encontró nuevo impulso y vigor desde que Giorgia Meloni y Javier Milei están al mando de sus respectivos gobiernos.
Lo había declarado hace unas semanas el ministro del Exterior, Antonio Tajani, durante su visita: “Queremos relanzar nuestra política exterior en América Latina”.
En este sentido, Argentina es mucho más que un caballo de Troya: es la puerta santa. La entrada principal, metafórica y física, de la Casa Rosada, donde Meloni encontró a Javier y Karina Milei, anfitriones cariñosos y entusiastas.
Milei incluso le regaló a Giorgia Meloni una muñeca de plástico que representa al presidente con una motosierra en mano, emblema de su estilo de hacer política y administrar el Estado. Algo que a muchos les hará acordar a la pala excavadora del vicepresidente italiano y líder del partido de extrema derecha La Lega, Matteo Salvini.
Las declaraciones de estima y afecto del presidente argentino frente a los periodistas son el sello público de un trabajo diplomático iniciado meses atrás y culminado hoy en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
De izquierda a derecha: Karina Milei, Giorgia Meloni y Javier Milei.
“Nos encontramos con dos administraciones con muchas afinidades”, dijo Milei, reconociendo “la oportunidad histórica de estrechar los lazos que nos unen para construir una relación especial entre nuestras naciones, no solo por los vínculos pasados (...), sino también por los valores compartidos (...). Nosotros defendemos con fervor el libre comercio, el sentido común y la propiedad privada”.
El presidente luego enumeró los puntos fuertes de su programa de gobierno: lucha contra la burocratización y la invasión del Estado, tolerancia cero contra la criminalidad organizada, oposición a la ideología de género y defensa de la familia y la vida.
“Valores compartidos por la mayoría de los ciudadanos del mundo occidental –subrayó– y en gran parte forjados en la Antigua Roma”.
Giorgia Meloni sostiene entre las manos el muñeco de plástico que representa al presidente argentino.
Las afinidades no terminan acá.
“Creo que la Primera Ministra Meloni y yo tenemos algo en común –continuó– en una dimensión política y personal al mismo tiempo. Fuimos elegidos para guiar los destinos de nuestros países, para enfrentar (…) el problema central de nuestras naciones. En mi caso, vencer la inflación descontrolada y la profunda miseria dejada en Argentina por décadas de colectivismo. En el caso de Meloni, dar una respuesta contundente al problema de la inmigración fuera de control y sus consecuencias sobre la seguridad”.
Luego, Milei mencionó formas de colaboración entre ambos gobiernos.
“Sé que cada uno, desde su lugar, está trabajando de manera incansable para alcanzar este objetivo –dijo– y espero que, a todos los esfuerzos que hacemos por separado, podamos sumarle también un trabajo conjunto, colaborando entre iguales, entre quienes tienen objetivos comunes, no solo Italia y Argentina, sino también otros países del mundo libre que comparten nuestros valores. Una alianza de naciones libres, unidas contra la tiranía y la miseria. Porque hoy el Occidente está bajo una capa de tinieblas exige que quienes defendemos la libertad –aunque todavía seamos pocos–, hacer luz y marcar el camino. Porque, como siempre digo, la victoria en la guerra no depende del número de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo. Estoy entusiasmado con el futuro de colaboración que espera a nuestras naciones y espero que ustedes también lo estén”.