BUENOS AIRES – Quienes esperaban un discurso protocolar de elogios por parte de Javier Milei al momento de entregar la presidencia pro tempore del Mercosur a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se llevaron otra sorpresa. Fiel a su estilo, el presidente argentino aprovechó la ocasión para cargar contra lo que llamó la “estructura burocrática elefantiásica” que, según él, domina hoy al Mercosur.

Milei sostuvo que el bloque regional “se desvió de su objetivo original, restringió las libertades económicas y privó de oportunidades al sector privado de la región”.

Y explicó: “Aunque el Mercosur fue creado con la noble intención de integrar las economías de la región, en algún momento perdió el rumbo, y la acción comercial conjunta terminó perjudicando a la mayoría de nuestros ciudadanos en beneficio de ciertos sectores”.

Estas declaraciones se dieron en el marco de la cumbre realizada los días 2 y 3 de julio en la sede de la Cancillería argentina, en la que también se anunció la firma de un tratado de libre comercio con los países europeos no miembros de la Unión Europea que integran la EFTA (Suiza, Islandia, Noruega y Liechtenstein).

Milei agregó que durante la presidencia pro tempore de Argentina buscó avanzar hacia “un esquema comercial y regulatorio mucho más libre, en lugar del telón de acero al que hoy estamos sometidos, donde cada país pueda gozar de mayor autonomía para aprovechar sus ventajas comparativas y su potencial exportador”.

Según el mandatario, “la barrera que levantamos para protegernos comercialmente terminó por excluirnos del comercio y la competencia global, y castigó a nuestras poblaciones con bienes y servicios de peor calidad y más caros, lo que a su vez frenó el crecimiento de nuestras economías”.

Milei reivindicó algunas de las decisiones adoptadas bajo su mandato en el bloque. “En primer lugar –aclaró– ampliamos la lista de excepciones al arancel externo común para que nuestros ciudadanos y empresas puedan acceder a más bienes y servicios a precios internacionales”.

Además, dijo, “impulsamos nuestra propuesta de revisión del arancel externo común, que es excesivamente alto y perjudica a los consumidores de nuestros países”.

A sus pares de los países miembros (Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay) y asociados (Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Guyana y Surinam), Milei les dejó una recomendación: “Tenemos que dejar de pensar al Mercosur como un escudo que nos protege del mundo y empezar a concebirlo como una lanza que nos permita penetrar con eficacia en los mercados globales”.

Fiel a su tono confrontativo, derivó el discurso hacia otro de sus temas predilectos: la “casta”. “El costo de oportunidad de la pereza administrativa –observó– nunca lo paga el burócrata, sino el empresario y, por extensión, el trabajador. No puede haber trabajadores sin empresas, ni empresas sin mercados”.

En otro tramo de su intervención, el presidente argentino condenó las detenciones arbitrarias en Venezuela, país que fue admitido en el Mercosur en 2012 y suspendido en 2016. “En particular –dijo– reiteramos nuestro firme pedido por la liberación inmediata del gendarme argentino Nahuel Gallo”, un joven detenido bajo cargos de espionaje mientras visitaba a su pareja y su hija en ese país.

También hizo referencia a uno de los temas que viene impulsando desde el inicio de su gestión: la lucha contra el crimen organizado. “En materia de seguridad enfrentamos el enorme desafío de erradicar de la región el cáncer del crimen organizado, principalmente el narcotráfico, que no reconoce fronteras y nos destruye a todos”.

En ese sentido, propuso crear una Agencia del Mercosur contra el crimen transnacional. “Es un recurso que no puede esperar –aseguró–. Debemos actuar con urgencia”.