ROMA - Giorgio Napolitano, el primer presidente de Italia que ocupó el cargo durante dos mandatos consecutivos (entre 2006 y 2015) y que ayudó a dirigir el país durante la crisis de la deuda en 2011, falleció este viernes a los 98 años en el hospital Spallanzani de Roma, donde se encontraba internado desde hacía varios días por complicaciones de salud.
Napolitano había nacido en Nápoles en 1925. Fue el primer presidente italiano de orientación comunista. Se formó en la corriente reformista, que buscaba afianzar relaciones con los partidos socialistas italianos, en lo que se conoce como la Primera República -que comenzó en la década del ’40, luego de un referéndum que apoyó la finalización de la monarquía-. Fue también una figura clave durante la llamada Segunda República, que surgió en 1994 con la transformación del sistema político italiano que se produjo tras la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría y luego del escándalo de corrupción conocido como Tangentopoli, donde empresas italianas les daban dinero a partidos políticos a cambio de la obtención de contrataciones para realizar trabajos con el Estado.
Si bien en Italia el cargo de presidente -que se elige cada siete años- cumple funciones más bien ceremoniales, a Napolitano no le tocó una tarea fácil mientras estuvo a cargo del gobierno: a fines de 2011 nombró al extecnócrata de la Comisión Europea Mario Monti para liderar al gobierno (no sin encender polémicas), en medio de una disputa sobre recorte de gastos que llevó a renunciar al entonces primer ministro, Silvio Berlusconi.
Dos años más tarde lo volvió a hacer, cuando impulsó una gran coalición a cargo de Enrico Letta (del Partido Democrático), tras una elección parlamentaria sin claros ganadores pero donde el joven Movimiento Cinco Estrellas (M5S) había dado una evidente sorpresa.
Además, encargó la formación de Gobierno a Romano Prodi (2006-2008), Silvio Berlusconi (2008-2011) y Matteo Renzi (2014-2016). Antes había ocupado otros cargos dentro de los poderes legislativo y ejecutivo: fue presidente de la Cámara de Diputados, ministro del Interior, europarlamentario y senador.
En 2013, y a los 88 años, se convirtió en el jefe de Estado más anciano de Europa. Debía estar en el cargo hasta 2020, pero dejó el cargo en 2015, argumentando que ya era demasiado mayor
La prensa italiana lo señala como un político honesto y comprometido que se preocupó por darle batalla al fascismo, construir una república constitucional y defender las instituciones.