BUENOS AIRES – También este año, la Comunidad de Sant’Egidio se reúne el día de Navidad para celebrar juntos, invitando a la mesa a personas en situación de vulnerabilidad económica, personas sin hogar, adultos mayores que viven solos y a cualquiera que quiera pasar el 25 de diciembre acompañado.

“Las personas que invitamos son aquellas que conocemos y con las que trabajamos durante todo el año, pero podemos incluir a quien quiera participar”, cuenta María Eugenia Acevedo, voluntaria y responsable del grupo de jóvenes.

Es un gesto simple y poderoso: una mesa bien puesta, un almuerzo abundante, un regalo personal y, sobre todo, el calor de una comunidad que elige no dejar a nadie atrás.

La celebración es posible gracias a muchas manos. Los cocineros italianos de BACI donan la comida para cuatro de estos almuerzos; en otros casos, son los voluntarios de las parroquias quienes preparan platos calientes y abundantes.

Un apoyo fundamental llega de los chicos del movimiento Jóvenes por la Paz, de las mujeres de la Comunidad y de muchísimos voluntarios que eligen pasar el día de esta manera especial.

“En los días previos juntamos donaciones como bebidas, elementos para el servicio de mesa y alimentos”, explica María Eugenia. Quienes quieran colaborar pueden acercar donaciones a la sede de la Comunidad, en Avenida Rivadavia 851. También se pueden enviar aportes por transferencia bancaria, usando el alias ORACION.POBRES.PAZ.

Dos voluntarias preparan platos de pasta blanca para los chicos.

La Comunidad de Sant’Egidio es una comunidad laica de la Iglesia católica de base, nacida en el espíritu del Concilio Vaticano II. Presente en Buenos Aires desde 1987, trabaja durante todo el año en distintas actividades, como apoyo escolar y acompañamiento educativo en los barrios de La Boca y Barracas, y también en otros puntos de la provincia de Buenos Aires.

“Muchos de esos chicos crecieron y hoy son jóvenes que forman parte del movimiento Jóvenes por la Paz, donde se encuentran con pares de otras zonas de la ciudad. El mensaje que queremos transmitir es que siempre se puede ayudar a otros, dentro de las posibilidades de cada uno”, señala María Eugenia.

Por eso los jóvenes, como parte de la Comunidad, impulsan distintas iniciativas a lo largo del año: un festival musical por la paz, un torneo deportivo y muchas actividades solidarias. “A veces también viajan a otras provincias cuando hay una situación de emergencia o una necesidad concreta en la que podamos dar una mano”, agrega María Eugenia.

Pensando también en los adultos mayores, los voluntarios organizan visitas y momentos de encuentro con personas mayores en el barrio de La Boca y en un geriátrico. Suma María Eugenia: “Además, realizamos un servicio que se llama ‘Amigos de la calle’: nos encontramos regularmente con personas sin techo o en grave dificultad, ofreciéndoles ayuda y escuchándolas”.

El gran almuerzo de Navidad de Sant’Egidio no es solo un evento local, sino una celebración que se repite en muchos países del mundo y que nació en 1982, cuando un pequeño grupo de personas pobres o solas fue recibido alrededor de una mesa en la Basílica de Santa María en Trastevere, en Roma.

Eran unos 20 invitados: algunos adultos mayores del barrio, con quienes la Comunidad había iniciado una amistad, y algunas personas sin hogar conocidas en las calles de la ciudad. La idea se expandió y se transformó en una tradición que creció con los años, manteniendo intacto su espíritu: la Navidad es verdaderamente Navidad solo si es para todos.

“Transformamos las iglesias en grandes comedores… movemos los bancos, armamos una mesa linda y cuidada, porque para nosotros recibir significa dar dignidad”, relata María Eugenia, quien subraya: “Lo hacemos con una convicción profunda: en los hermanos más pobres encontramos al Señor”.

Las mesas listas para el almuerzo de Navidad del año pasado en la iglesia de San Pedro en La Boca.

El menú varía en cada lugar, “pero en general empieza con empanadas, sigue un plato principal y un postre – cuenta la voluntaria –. No faltan los dulces navideños típicos como turrones y pan dulces. Y siempre hay un pesebre, muy querido por los chicos, que al final reciben, todos, un regalo de Navidad”.

El próximo 25 de diciembre abrirán sus puertas para recibir a unas 2.000 personas en la Ciudad las iglesias de San Pedro Telmo (en San Telmo), San Pedro de La Boca, Santa Julia (en Caballito) y Sagrado Corazón de Barracas. Además, habrá un almuerzo en la residencia para personas mayores Rawson.

También se realizarán distintos almuerzos en Laferrere, San Justo, Lanús, Villa Martelli, La Cava y Coronel Pringles, en la provincia de Buenos Aires. Para más información, se puede contactar a María Eugenia al 11 6553-6278.