BUENOS AIRES – Llegó a la Argentina para un evento exclusivo realizado en la boutique Édition privée, en el corazón de la capital. Paolo Terenzi, nariz y presidente de la Cereria Terenzi Evelino de Rimini, celebró así los diez años de Tiziana Terenzi, la marca de perfumería artística que lleva en el nombre –y en el alma– la creatividad de la familia.

Un hito importante para una marca que hoy se distribuye en 140 países y está presente en los espacios más consagrados del lujo internacional.

La velada en Buenos Aires se convirtió en mucho más que un aniversario comercial: fue un tributo a la búsqueda artística y personal que guía a Paolo y a Tiziana desde el primer día.

Un recorrido que llevó a una empresa familiar italiana, nacida en un laboratorio de Rimini, a conquistar boutiques y aficionados en todo el mundo, sin renunciar nunca a su identidad.

“La empresa la fundó mi abuelo en 1968, ahora estamos en la tercera generación”, cuenta. Hoy la dirigen Paolo y su hermana Tiziana: “Ella es la parte más creativa y buena de la empresa. Yo soy la oveja negra, pero me ocupo del bouquet del perfume”, bromea.

Cereria Terenzi Evelino desde hace décadas produce fragancias y velas para grandes maisons: Ferragamo, Dolce & Gabbana, Gucci, Cuccinelli y muchas otras. “Pero en un momento sentimos la necesidad de presentar algo especial y único, sin compromisos”.

La primera marca que lanzaron, Tiziana Terenzi –hoy son tres en total las etiquetas creadas–, fue un éxito inmediato, transformando a la empresa en un referente mundial de la alta perfumería de nicho.

“Hace diez años creamos, para la marca Tiziana Terenzi, el perfume Kirke, que se convirtió en un best seller mundial. Se vende una botella por minuto. También fue uno de los perfumes más copiados y falsificados de las últimas décadas”, asegura Paolo.

La llegada a la Argentina no es casual: “Conocimos Édition privée y creo que representa perfectamente el espíritu de la perfumería artesanal: una artesanía de la intimidad –explica Terenzi–. Eso es lo que quiero representar también con nuestras creaciones”.

Como perfecta “oveja negra”, tal como él mismo se definió, Terenzi no busca el consenso fácil: “No quiero gustarle a todo el mundo ni seguir las modas del momento. Me interesa el estilo, y el estilo está hecho de creaciones que se inspiran en la vida: en los momentos especiales, en los lugares visitados, en las personas encontradas”.

Kirke está inspirado en las vacaciones en el Parque del Circeo, que toma su nombre de la maga Circe de la Odisea, que presuntamente habría habitado esas tierras. Para celebrar los diez años de la fragancia, nace una nueva interpretación que mantiene la misma raíz olfativa, inspirada en el litoral tirreno, con un nuevo toque tropical.

“Es una fragancia frutada –explica Terenzi– construida en torno a nuestra ‘gota mágica’, una fórmula secreta que viene de mi abuelo: heliotropo, ámbar gris y almizcle. Unida al fruto de la pasión, que crea un perfume seductor y es la expresión de la alegría del verano”.

No oculta que el trabajo del perfumista requiere una revisión constante del pasado. “Esta versión, después de diez años de madurez, recoge el espíritu de los errores, pero también de levantarse después de esos errores”, explica Paolo. La fragancia es “menos joven, menos ruidosa, el ámbar se vuelve más dominante y elegante”. Una elegancia que sigue siendo “seductora pero no vulgar, te llama si querés escuchar, pero no insiste”.

Según el creador, “la vida es bella pero imperfecta. Y en mis creaciones me gusta mantener esa imperfección, esa incompletud que deja en suspenso. La perfección me aburre terriblemente”.

Considera que el perfume es una forma de hablar de uno mismo. “El perfume es siempre eso –asegura–. Es la firma de tu esencia, porque cuando estás presente alcanzás vos solo”.

En contraste con el ideal hiperconectado y controlado de un mundo que en apariencia es cada vez más tecnológico, dice ser “una persona que ama los encuentros, las relaciones humanas, el contacto con los demás”. Y de hecho, durante la velada se acerca a los invitados con gran entusiasmo, desde los chicos de la banda que tocaron canciones italianas en su honor hasta los influencers invitados al evento y los especialistas del sector. Paolo tiene tiempo para todos, siempre con una sonrisa.

Paolo Terenzi junto a los hermanos Cavoti, quienes se encargaron de la música de la velada.

La creatividad, para Paolo, también nace del choque armonioso con su hermana: “La contraposición para mí es una tensión hacia la creatividad. Con Tiziana tenemos dos almas distintas, pero la misma sangre”.

De esa dinámica nace la fuerza de sus perfumes: “Nosotros producimos solo extractos de perfume, con ingredientes naturales y todo rigurosamente hecho en Italia, en nuestra fábrica de Rimini, un lugar mágico”.

Y concluye: “Hago este trabajo porque lo amo. No es un oficio, es un arte. El perfume es la expresión de una emoción que quiero encapsular en una gota”.