BUENOS AIRES – El objetivo es llevar a los 80 millones de italianos y descendientes de italianos esparcidos por el mundo a los pequeños pueblos del interior de Italia para visitar los lugares de origen de sus familias. Lugares alejados del turismo de masas, menos masificados y más auténticos, pero al mismo tiempo en riesgo de quedarse sin habitantes.

Con este espíritu, Luigi Maria Vignali (director general para los italianos en el extranjero y políticas migratorias) presentó Italea, el sitio dedicado al turismo de raíces creado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional de Italia.

La propuesta invita a abrazar la identidad italiana visitando el interior del país, conocer realidades menos conocidas pero igualmente fascinantes y reconectarse con la historia de nuestros antepasados. 

El proyecto, denominado Italea, se basa en un sitio nacional y veinte sitios regionales donde se publicarán todos los eventos culturales, lugares simbólicos, experiencias y tradiciones folclóricas. Por ahora sólo se encuentra disponible en italiano e inglés (la versión en español se lanzará en las próximas semanas).

La palabra Italea deriva de la unión de "Italia" y "talea" (una técnica utilizada por los jardineros para cultivar una nueva planta a partir de una ramita extraída de otro árbol). 

El sitio ofrecerá información concreta, útil para los turistas que se preparan para ir a Italia. Una plataforma visible en todo el mundo donde se puede armar un “itinerario de raíces”.

Los sitios secundarios están gestionados por grupos regionales, formados por profesionales del sector hotelero, que preparan la oferta turística y las actividades que se realizarán en territorio italianos. 

Los usuarios podrán reconstruir su historia familiar a través de una red de genealogistas expertos y redactar itinerarios turísticos personalizados, en función de sus necesidades.

El programa Italea Card ofrece descuentos y ventajas en transporte, gastronomía y el hospedaje con 150 socios ya registrados, entre los que se encuentran también los trenes del Estado italiano (FS), con ofertas especiales para las personas inscriptas en el Registro de italianos residentes en el extranjero (AIRE).

“Estamos negociando además ventajas con la aerolinea Ita Airways, para permitir tarifas reducidas para quienes vengan a Italia, y con Poste Italiane para permitir descuentos en los envíos internacionales, para que los turistas locales puedan enviar fácilmente productos típicos y artesanales”, anticipó Vignali. 

“Los grupos regionales están trabajando para seguir ampliando la red de contactos. Los profesionales del sector están invitados a contactarnos –explicó–. Nuestro objetivo es ampliar la red tanto como sea posible. No excluimos la posibilidad de hacer posible el registro en Italea para entidades extranjeras.

El coordinador nacional del proyecto Turismo Raíces, concejal Giovanni De Vita, invitó a operadores de turismo extranjeros a participar del programa, convirtiéndose en socios de grupos regionales y asociaciones italianas y colaborando con Farnesina en la organización de eventos promocionales en Argentina. Además, se aceptan sugerencias sobre posibles testimonios del mundo de la cultura, el deporte y el entretenimiento.

Más de 800 municipios italianos ya se han adherido a la red, que incluye las regiones de Emilia Romagna, Abruzzo, Basílicata, Apulia, Lombardía, Molise, Calabria, Sicilia, Las Marcas, Véneto, Lacio y Cerdeña.

Antes de la pandemia, el turismo de raíces -compuesto por viajeros que tienen un familiar o una casa en Italia- ya se calculaba que tenía un impacto anual de 4 mil millones de euros, con diez millones de turistas al año, según datos estadísticos del Ente Nacional de Turismo italiano (ENIT).

“El potencial es enorme, tenemos la posibilidad de desarrollar una oferta que teóricamente concierne a 80 millones de turistas. Además, cuando un turista italiano visita Italia muy a menudo va acompañado de turistas no italianos", explicó Vignali.

Las industrias relacionadas creadas por este tipo de turismo no sólo conciernen a los sectores gastronómico y de hospedaje. La compra local de comida italiana suele ir seguida de la compra de los mismos productos en el país de residencia cuando esos productos son importados por esa nación, algo que es útil para difundir el Made in Italy. Por no hablar de los numerosos turistas de raíces que compran casas en los pequeños pueblos y luego regresan de manera periódica, creando auténticas comunidades mixtas que enriquecen la diversidad cultural y revitalizan la economía local y crean una demanda de servicios que también son útiles para los habitantes locales.