MONTEVIDEO – Pier Paolo Pasolini vuelve a generar debate, medio siglo después de su muerte. En el marco de la Feria del Libro de Montevideo, el presidente del Centro Cultural Dante Alighieri Uruguay, Claudio Del Pup, presentó la conferencia Pasolini, el escándalo de la lucidez, dedicada a la figura del poeta, narrador y cineasta italiano.
“El 2 de noviembre se cumplirán cincuenta años de su asesinato. Habrá mucha gente que hablará de él y, durante un par de meses, el mundo entero intentará desentrañar esa figura de la que muchos nos sentimos huérfanos”, recordó Del Pup al abrir el encuentro.
En su exposición, explicó que “en el marco de la Feria del Libro quiero hablar de un Pasolini plenamente literario. Recorreré su camino, tanto cinematográfico como en otros ámbitos, para mostrar a Pier Paolo Pasolini como un personaje polifacético”, con el objetivo de ofrecer una mirada más amplia sobre un autor que con frecuencia se reduce al escándalo vinculado a su homosexualidad. Un Pasolini trágico, que “hoy queremos presentar como una persona escandalosa por sus elecciones de vida, sus luchas y sus batallas personales, pero también por su lucidez, su clarividencia y la contundencia de sus ideas provocadoras”.
Del Pup repasó los orígenes del intelectual. Pasolini, “en su condición, ante todo sexual, llegó a un pequeño pueblo del Friuli-Venecia Julia llamado Casarsa della Delizia”, en la provincia de Pordenone. Se trata de una región del noreste de Italia, fronteriza con Eslovenia, con fuerte identidad lingüística y una marcada tradición campesina. Ese contexto rural y lingüístico (el friulano) influyó decisivamente en su obra poética y en su sensibilidad social.
Allí comenzó a interactuar con dos realidades. Por un lado, la social, la de los campesinos friulanos, generalmente explotados por los terratenientes, “lo que desarrolló en Pasolini una conciencia social muy fuerte y lo acercó al Partido Comunista Italiano”.
Sin embargo, su vínculo con el PCI terminó abruptamente. “En el campo de la poesía y en su relación con la izquierda, Pasolini tuvo su primera gran decepción con el Partido Comunista”, relató Del Pup. Era 1949 y, al salir de una fiesta en Casarsa, fue sorprendido con un grupo de adolescentes. “Su homosexualidad, digamos, no lo ayudaba en absoluto –explica Del Pup–. Hubo una denuncia por parte de uno de los chicos”. Eso lo llevó a sentirse muy solo, “porque el Partido Comunista lo expulsó a raíz de ese escándalo. La única salida que Pasolini encontró fue trasladarse a Roma”.
En la capital, el artista halló nuevos ambientes y nuevos protagonistas: “Pasolini siempre tuvo algo contra lo que enfrentarse”, dice Del Pup, que recordó que “empezó a encontrarse con pensadores que desarrollaron esas ideas sobre la lucha de clases y los desposeídos, y las abordó a través de una poesía como Las cenizas de Gramsci”.
Pasolini también es conocido como novelista. “¿Y quiénes son los personajes de sus novelas? –se pregunta Del Pup–. Los habitantes de las borgate romanas, es decir, los asentamientos irregulares en la periferia, donde muchos migrantes llegaban con la esperanza de una nueva vida, esperando que Roma resolviera sus problemas, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial”.
El paso al cine se dio en una Italia pobre, pero en transformación: “Al insertarse en el movimiento del Neorrealismo italiano, encontró una manera de sanar, reconociendo esa Italia empobrecida, en crisis, pero que empezaba a vislumbrar una recuperación”.
De ese período, Del Pup destacó dos novelas: Ragazzi di vita y Una vita violenta. Su debut en el cine, Accattone, está inspirado parcialmente en esas obras, una de las cuales le valió el primer proceso judicial de su vida: “La novela fue secuestrada y él denunciado por el uso de un lenguaje ‘vulgar’, porque utilizaba el habla propia de la borgata”.
Desde su mirada crítica, Pasolini abordó en sus obras el tema del subproletariado, que definía como una clase social “situada por debajo del proletariado”. Se caracterizaba por la precariedad económica (“no tenían un trabajo fijo y vivían en condiciones inestables”), por los entornos familiares (“a menudo provenían de contextos disfuncionales”) y por ser “jóvenes marginados sin un proyecto propio”.
Ese es el universo humano y social que Pasolini “describió y trató de defender durante gran parte de su vida”, continuó Del Pup.
En contraposición, Pasolini atacó a la burguesía por su “inclinación al consumo” y por la ausencia de un “proyecto personal”. Su crítica se centró en la necesidad burguesa de “reafirmar una posición dentro de la sociedad a partir de la esfera material”. Una denuncia poderosa, especialmente visible en obras como la novela y el film Teorema.
La conferencia de Claudio Del Pup ofreció la imagen de un Pasolini complejo y controvertido, alejado de las simplificaciones, acercándose a su historia de vida, a sus ideas y a sus luchas, y tomando distancia del episodio de su muerte – un hecho que, aún hoy, sigue siendo objeto de investigación y controversia-.
Un autor que sigue provocando preguntas y hablando a las conciencias, demostrando que sus palabras y sus obras mantienen hoy una vigencia extraordinaria.