SAMPACHO (CÓRDOBA) – Mañana comienza la novena a la Virgen de la Consolata, patrona de Turín y del pueblo piamontés, una de las advocaciones marianas más queridas y veneradas por la comunidad italiana en Argentina.
El 20 de junio, como todos los años, los descendientes de inmigrantes piamonteses se reunirán en la Basílica de Nuestra Señora de la Consolata en Sampacho, provincia de Córdoba, para participar de uno de los momentos religiosos y culturales más significativos.
La peregrinación, organizada por la Asociación Familia Piemontesa, convoca a fieles de distintas localidades rurales de la provincia, donde la memoria de los orígenes italianos se mantiene viva en el trabajo con la tierra y las tradiciones familiares.
La devoción a la Consolata llegó a Sampacho a comienzos del siglo XX gracias al sacerdote turinés padre Juan Cinotto. En 1908, una estatua de más de 1.200 kilos, traída desde Italia, fue llevada al pueblo por inmigrantes piamonteses: desde entonces, cada 20 de junio es trasladada en procesión por 16 cuadras.
El santuario de Sampacho, fundado en 1875, fue declarado basílica en 2024, a 90 años del terremoto de 1934 que destruyó su edificio original. Un reconocimiento que refuerza su rol como centro espiritual para los devotos piamonteses e italianos en Argentina.
La celebración forma parte de un calendario más amplio de actividades religiosas y culturales que entrelazan la tradición italiana con la realidad argentina: cantos en dialecto piamontés, misas bilingües, encuentros comunitarios y actividades para las nuevas generaciones.
La fiesta de la Consolata se convierte así en una oportunidad para reafirmar las raíces y el sentido de pertenencia a una historia migrante que sigue viva en el corazón de la Pampa.