BUENOS AIRES – En español, ser una persona con “estrella”, significa ser una persona con suerte. Un poco como la expresión italiana “nascere sotto una buona stella” ("nacer bajo una buena estrella"). 

Paradójicamente, el verbo "estrellarse", significa chocarse contra alguien o algo con consecuencias desastrosas.

En el mundo de la gastronomía, obtener una estrella Michelin –o fracasar estrepitosamente en el intento– suelen ser situaciones opuestas. 

Los restaurantes con estrellas Michelin atraen a más clientes dispuestos a pagar grandes sumas, evitando el destino desafortunado de la mayoría de los negocios gastronómicos.

En promedio, sólo el treinta por ciento de los restaurantes sobrevive al primer año de apertura, y eso en situaciones de mercado favorables. Si le sumamos un contexto de crisis, el porcentaje baja drásticamente.

Es extraño que Michelin le dé una estrella a un restaurante que ya cerró, pero eso es precisamente lo que le pasó a Sebastián Ragiante, ahora chef de Raggio Osteria en Buenos Aires.

Después de trabajar en muchos otros restaurantes de primer nivel, Raggiante se convirtió en jefe de cocina del restaurante Gadus en Mallorca, España. 

Por cuestiones económicas, Gadus cerró en 2010 y Sebastián decidió probar suerte en Buenos Aires, ciudad natal de su entonces pareja, con quien abrió un restaurante en el barrio de San Telmo.

Ya establecidos en Argentina en 2011, recibieron la sorpresa del exterior de que el equipo de Gadus había recibido una estrella Michelin por el trabajo realizado el año anterior, en el restaurante ahora cerrado.

Pero la revancha llegó este año, con la llegada de la Guía Michelin a la Argentina. El nuevo restaurante de Sebastian Raggiante, Raggio Osteria en el barrio de Palermo, fue seleccionado como restaurante recomendado por la famosa guía.

Fue el único restaurante italiano incluido en la guía, que por ahora sólo evalúa los establecimientos de Buenos Aires y Mendoza.

El chef está entusiasmado con el resultado y, aunque aún no recibió la ansiada estrella, espera recibirla en el futuro, apostando por la sostenibilidad.

El restaurante, que ofrece platos tradicionales italianos, contará con su propia huerta ecológica donde cultivará hortalizas de temporada y plantas aromáticas, con sistemas de reciclaje de agua y residuos.

Mientras tanto, fabrica sus propias estrellas, y de las mejores... Lo hace preparando pandoro, un dulce tradicional navideño, elaborado en un molde con base en forma de estrella. Se servirá como postre durante el periodo de fiestas.