BUENOS AIRES - Este viernes a las 17 trabajadores y organismos de derechos humanos, realizarán un abrazo a la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funciona la Secretaría de Derechos Humanos.

La iniciativa busca repudiar el despido de 400 trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos que comunicó el vocero Manuel Adorni hace una semana y aquellos que fueron llevados a cabo en los últimos meses, que ponen en riesgo programas de búsqueda de la verdad

En conferencia de prensa, Adorni informó que el gobierno dará de baja los contratos que se hacen mediante la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA). La medida podría afectar a 400 empleados de la Secretaría y 2000 del Ministerio de Justicia. Además, aquellos trabajadores que están en planta permanente dejarán de recibir un incentivo laboral que representa la mitad de su salario.

Verónica Castelli, hija de desaparecidos durante la dictadura y contratada de la Secretaría hace 21 años a través de ACARA, aseguró que desde fines de octubre empezaron a “presionarnos y extorsionarnos para que firmáramos el retiro voluntario”.

Castelli no lo firmó. “No sé cuál será mi situación. A partir del 2 de enero seguiré luchando como hice toda mi vida, por memoria, verdad y justicia”, agregó.

Anabela, trabajadora de la Dirección de Políticas Reparatorias, contó que el 23 de diciembre pasado “nos comunicaron informalmente que desde el 31 no nos iban a renovar nuestras designaciones transitorias en la Secretaría de Derechos Humanos”. Por lo tanto, después de esa fecha cientos de personas “nos vamos a quedar sin trabajo en las distintas áreas”.

Los delegados del organismo y distintas organizaciones de derechos humanos denunciaron que el desmantelamiento del área involucra áreas claves como violencia institucional, leyes reparatorias de los delitos del Estado, el centro cultural Haroldi Conti, el Archivo de la Memoria y los espacios de la Memoria.

“Sin trabajadores no hay políticas públicas -afirmó Charly Pisoni, miembro de la agrupación HIJOS-. Una forma de desmantelar es cerrar organismos pero otra también es despedir trabajadores, porque sin ellos no se pueden llevar adelante políticas públicas que incluso van más allá de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Estamos hablando de una Secretaría que también tiene un centro de atención a víctimas, programas sobre la identidad biologica de personas que no están relacionadas con la dictadura. Estamos hablando de un gran abanico de politicas que hoy el Estado dejaría de realizar”.

El lugar de la actividad de esta tarde tiene un peso importante en la historia: allí funcionó, durante la última dictadura cívico militar, el mayor centro clandestino de tortura y detención. Ahora es un espacio de memoria.